CJNG en Argentina; lejos de la cocaína, cerca de los dólares

Un incidente de tráfico en un barrio de Buenos Aires llevó a las autoridades de ese país sudamericano a descubrir una empresa que durante años lavó dinero para Los Cuinis, banda formada por familiares de 'El Mencho'.

Los pasaportes del italiano Giuliano Gasparotto y de los mexicanos Francisco Medina González, Rodrigo Lepe Uribe y Julio César Alegre Ortega, cómplice
Agustín Ceruse
Argentina /

Gerardo González Valencia no eligió un buen momento para instalarse con su familia en Argentina. En aquel 2009 todavía estaba caliente la sangre de los tres jóvenes acribillados en agosto de 2008, como un ajuste de cuentas entre traficantes de efedrina en Buenos Aires.

A través de sus socios locales, el cártel de Sinaloa contrabandeó 50 toneladas del precursor químico entre 2004 y 2008 para producir las metas. Ese negocio, de 150 millones de dólares, se cortó con los crímenes de un aportante a la campaña de Cristina Kirchner a la presidencia y sus dos socios a manos de sicarios locales relacionados con enviados de Joaquín El Chapo Guzmán.

En consecuencia, a todo ciudadano mexicano que ostentara una vida lujosa le era difícil pasar desapercibido en tierras gauchas, como pretendía Gerardo para el futuro de sus hijos.

La presencia en Argentina de los González Valencia, familiares directos de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, quedó al descubierto el 10 de marzo de 2009, cuando tres emisarios de Gerardo no tuvieron mejor idea que amenazar de muerte a los policías que les pidieron los papeles del Chevrolet Astra que acababan de chocar en el exclusivo barrio de Puerto Madero.

Los detectives empezaron por investigar al hombre que figuraba como dueño del auto: el argentino Marcelo Arias. Luego descubrieron otro vehículo a su nombre. Y así llegaron al dato revelador de esta historia: Arias prestó su domicilio legal para inscribir la empresa Círculo Internacional SA, el 4 de diciembre de 2008 ante la Inspección General de Justicia (IGJ).

MILENIO pudo saber que detrás de esa compañía estaban los que habían amenazado de muerte a los policías: los mexicanos Francisco Marzio Medina González, Julio César Alegre Ortega, Pedro Merced Medina Lizárraga y Rodrigo Lepe Uribe. El propio Gerardo finalmente se sumó como director el 17 de junio de 2011. El argentino Arias no era más que su testaferro.

Con esos datos, el juez Néstor Barral y el fiscal Sebastián Basso abrieron una investigación. Una de las primeras cosas que hicieron fue enviar un exhorto a la Procuraduría General de la República (ahora FGR) para que informara si los cinco mexicanos mencionados tenían cuentas pendientes, pero para la justicia eran totalmente desconocidos.

Mientras El Mencho escalaba posiciones en el mundo del narcotráfico, su cuñado Gerardo abrió una tienda “Corner, mi lugar” en Buenos Aires. Para eso contrató, además de Arias, al también argentino Óscar Calvete y al italiano Giuliano Gasparotto. Dos funcionarios confirmaron a MILENIO que Gerardo invirtió 1.8 millones de dólares en ese negocio, pero no tenían indicios sobre un posible delito.

Los investigadores mexicanos por fin les enviaron esas pruebas a sus pares argentinos en 2014. Se trata del fallo de un tribunal de Zapopan en el que confirmó la sentencia a María Teresa “G”,  ex policía municipal de Ciudad Guzmán, a 15 años de prisión por “delincuencia organizada”.

En la resolución, a la que tuvo acceso MILENIO, los jueces revelaron por primera vez la existencia del cártel de Jalisco Nueva Generación. Gerardo era el jefe de Los Cuinis, brazo financiero de la organización criminal.

Pero para cuando el juez y el fiscal argentinos tuvieron ese papel en sus manos, González Valencia se había mudado al otro lado del Río de la Plata.

En Uruguay, sin embargo, a Gerardo le fue peor. Tras vivir algunos años en el anonimato, la jueza Adriana de Los Santos ordenó arrestarlo por lavado de activos en Montevideo y Punta del Este. El jefe de Los Cuinis puso propiedades en esas ciudades a nombre de una empresa offshore descubierta a través de los Panamá Papers.

Mientras González Valencia espera su extradición hacia Estados Unidos, los investigadores rioplanteses se pelean por quedarse con sus bienes: el juez argentino solicitó indagar al acusado en México, pero la justicia uruguaya extrañamente le negó esa posibilidad a pesar del acuerdo de cooperación en materia de lavado firmado entre los países.

Como todos los del CJNG, Gerardo comenzó su historia criminal como traficante. La Corte del Distrito de Columbia de Estados Unidos le pidió extradición a México y Uruguay por el contrabando de al menos 5 kilos de cocaína y 500 gramos de metanfetaminas.

El Departamento del Tesoro de ese país incluyó en 2015 a 21 integrantes del CJNG, Los Cuinis y 22 empresas en la llamada “Lista Clinton” por sus vínculos con el narco.

El juez Barral enviará en los próximos días a juicio a los cómplices argentinos de Los Cuinis, pero todavía no pierde las esperanzas de que la FGR detenga a alguno de los cuatro mexicanos por los que emitió alertas rojas de la Policía Internacional.

ledz

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