Los españoles deberán seguir echando mano de lo que puedan debido a que la primer gran ola de calor del verano se prolongará “como mínimo” hasta el sábado y no hasta este jueves, como se había pronosticado inicialmente según los expertos en el país europeo.
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“Nos encontramos en un episodio de ola de calor que se mantendrá, al menos, hasta el sábado 18, sin descartar que se prolongue algún día más, especialmente en la mitad oriental peninsular”, explicaron desde la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Las temperaturas han rebasado los 43 grados en algunas zonas de España, mientras que Madrid ha registrado hasta 41. Todo debido a una masa de aire caliente proveniente de África.
Una vez superados los picos máximos que se alcanzan este miércoles, una DANA (también llamada gota fría) procedente de Portugal podría aliviar la presión progresivamente.
Hasta el momento, esta ola de calor, inusual en este mes, ascendió desde el norte de África impulsada por una DANA procedente del entorno de las Islas Azores (Porugal), que se acercará este viernes desplazando el aire cálido del primer tercio de la península, el que ocupa el territorio portugués.
A partir del sábado, los expertos trabajan con dos hipótesis diferenciadas: una más probable, en la que esa DANA se convertiría en una vaguada que inyectaría una masa de aire más frío, y una más improbable, en la que seguiría impulsando aire cálido, manteniendo al mismo nivel las temperaturas.
Los diversos riesgos derivados de esta ola de calor han puesto en alerta gran parte del territorio, especialmente en las cuestiones relativas al riesgo de incendios forestales.
De ello ya alertó este martes Protección Civil y Emergencias, señalando que, salvo en puntos de Galicia, de la cornisa cantábrica y del este peninsular, el riesgo de incendio previsto en la Península y en las Islas Baleares es “extremo”. La cuestión de los incendios, habitual cada verano en España, ya ha afectado a la localidad de Pujerra, en Málaga (Andalucía).
Las comunidades también se han centrado en aclarar una serie de medidas y directrices para proteger a la población de unas circunstancias meteorológicas extremas que ya se han cobrado la vida de un excursionista en Andalucía.