Los 69 bolivianos del crucero de MSC Armonía que fueron retenidos la semana Barcelona por problemas con su visado serán deportados este jueves a su país, luego de haber finalizado sus trámites de extranjería.
Los mil 500 pasajeros no pudieron abandonar el barco desde el martes 2 por la tarde, ni partir hacia su nuevo destino. Los bolivianos llevaban visados falsificados, aunque alegaron que no se había dado cuenta de ello.
Mientras se tramitó toda la documentación, estas 69 personas fueron realojadas por MSC en un ferry que llegó desde Livorno (Italia) y permaneció anclado en el puerto de Barcelona.
La Policía Nacional española culpó directamente a la compañía de transporte por no verificar la documentación de los bolivianos antes de zarpar de Brasil rumbo al espacio Schengen en Europa.
Ahora, según adelantó El País y posteriormente fue confirmado por fuentes de la Policía Nacional, los sudamericanos serán deportados, únicamente se quedarán en tierra una mujer y sus tres hijos debido a que pudieron comprobar que tienen familiares en Girona.
El crucero procede de Sao Paulo (Brasil) tras varias escalas, atracó días atrás en Málaga (Andalucía). Allí, los viajeros bolivianos se quedaron dentro del barco después de que se les informara de los problemas con su documentación y decidieron seguir hasta Barcelona donde llegó el MSC Armonía. Ya en la ciudad, se bajaron los pasajeros que habían terminado su crucero desde Brasil y subieron más viajeros.
Algunos viajeros tenían que haber salido de Barcelona rumbo a su nuevo destino, Croacia, pero se les impidió. Desde entonces permanecieron encerrados en el barco a la espera de que se solucionara el problema.
Posteriormente, el gobierno de Bolivia informó que su embajada en España y el consulado general del país suramericano en Barcelona “se encuentran realizando las gestiones pertinentes para atender este caso” mediante “coordinaciones con las autoridades españolas” y con la empresa MSC Cruceros.
Sin embargo, el Ejecutivo boliviano consideró que es la empresa la que debía otorgar “una inmediata solución” a estos ciudadanos, “puesto que su obligación era corroborar los documentos de ingreso o salida a cualquier destino que ofrezca sus servicios” para evitar “este tipo de imprevistos”.
Los ciudadanos bolivianos no necesitaban visado para realizar viajes de corta estancia, de 90 días, a los países miembros del espacio Schengen hasta 2007, cuando entró en vigor una decisión adoptada por los gobiernos europeos en respuesta al extraordinario flujo migratorio de bolivianos.
DLGE