Las personas que entren desde hoy a España en avión o barco ya no tendrá que presentar el certificado covid-19, ni rellenar el formulario de control sanitario Spanish Travel Health, exigido a raíz de la pandemia, cuyos contagios han descendido de manera importante, así lo anunciaron las autoridades locales.
El gobierno socialista de Pedro Sánchez también rebaja todas las medidas extraordinarias en dichos puntos de entrada, como podrían ser la toma de temperatura o el control visual del pasajero para valorar su estado, según una norma publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
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No obstante, se mantiene la obligación de utilizar la cubrebocas en transporte público, incluído los aviones que partan o lleguen a España. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, afirmó la semana pasada en el Congreso que esta medida seguirá en vigor hasta que los expertos que asesoran a Gobierno y comunidades autónomas digan lo contrario.
De esta manera, el gobierno reestablece totalmente la normalidad en puertos y aeropuertos “para favorecer la movilidad internacional con el menor impacto en la salud pública” y “teniendo en cuenta la evolución de la pandemia a nivel global y la situación epidemiológica en España”.
Asimismo, a partir de hoy los pasajeros de cruceros que arriben a España desde aguas de otro país dejan de estar obligados a acreditar estar vacunados contra el covid-19 o presentar una PCR negativa realizada 72 horas antes del embarque.
El documento publicado por el BOE deroga estas disposiciones del documento “Medidas Sanitarias para el Restablecimiento de los Cruceros Internacionales”, que desde mayo de 2021 fijaba obligaciones también para los propietarios de las embarcaciones, como informar de las medidas contra el covid-19, supervisar que el pasajero no presentara síntomas, facilitar espacio suficiente para mantener distancias de seguridad o asegurarse acuerdos sanitarios en España para atender a eventuales enfermos de coronavirus tras atracar en puerto español.
Hace varios meses en España únicamente es necesario el uso de la mascarilla en hospitales, asilos, farmacias y transporte público.
El objetivo del gobierno es gripalizar la enfermedad, es decir, tratarla como una fuerte gripe y sin necesidad de hacer cuarentena salvo las personas con síntomas.