El grupo Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado suicida que dejó al menos cinco muertos ayer frente a un banco en el norte de Afganistán, donde funcionarios del gobierno talibán estaban cobrando sus salarios.
El brazo propagandístico del Estado Islámico dijo que un atacante suicida hizo detonar su chaleco explosivo cuando miembros de la milicia talibana se congregaban frente a un banco público para recoger sus salarios.
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El grupo se había atribuido también la responsabilidad de un ataque similar en marzo de 2024 frente a un banco en la ciudad de Kandahar, al sur del país, considerada el centro espiritual del movimiento talibán.
La violencia ha disminuido en Afganistán desde 2021, cuando los talibanes volvieron al poder y pusieron fin a su insurgencia, aunque el Estado Islámico todavía realiza ataques con tiros y explosivos.
La policía de la ciudad norteña de Kunduz dijo que el ataque del martes frente al banco dejó cinco muertos, incluidos empleados públicos, y siete heridos.
Según el Estado Islámico, el ataque fue contra los milicianos talibanes que se encontraban afuera del banco.
El gobierno talibán declaró que la seguridad es su mayor prioridad desde que el movimiento islamista radical regresó al poder, y analistas señalan que han logrado darle golpes importantes al EI.
Pero el grupo continúa activo, con ataques contra funcionarios talibanes, visitantes extranjeros y diplomáticos.
A menudo hay discrepancias entre las cifras de bajas divulgadas por los talibanes y las que reportan las autoridades en el terreno.
En diciembre, el Estado Islámico reivindicó un atentado suicida que mató al ministro talibán a cargo de los refugiados, Jalil Ur Rahman Haqqani, en Kabul.
LP