Dos semanas después de que la Corte Suprema anulara la ley Roe vs. Wade, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó esta mañana una orden ejecutiva que busca reforzar el derecho al aborto, además de anunciar una serie de medidas encaminadas al mismo fin.
La orden ejecutiva protegerá el acceso a los medicamentos para el aborto y la anticoncepción de emergencia, garantizará la privacidad de los pacientes y reforzará las opciones legales para quienes buscan tener acceso a dichos servicios.
En el documento se ordena al secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, a que presente un informe dentro de los siguientes 30 días, en el cual debe detallar la forma en que se realizarán los esfuerzos. A Becerra también le encargaron hallar más formas de aumentar el alcance para quienes buscan servicios de salud reproductiva, incluido el aborto.
Sabiendo que viene muchas batallas legales, Biden instó al fiscal general y al abogado de la Casa Blanca para que emitan convocatorias a litigantes privados pro bono, colegios de abogados y organizaciones de interés público para que defiendan a quienes buscan u ofrecen servicios de salud reproductiva. Dicha representación podría incluir la protección del derecho a viajar fuera del estado para buscar atención médica.
En una rueda de prensa celebrada previo a la firma del documento, Biden calificó la decisión de la Corte Suprema como “terrible, extrema y, creo, totalmente equivocada”. Aunque confío que la orden ayudaría a proteger parte del acceso a los servicios reproductivos, concedió que la única forma real de ampliar las protecciones era eligiendo más a legisladores que apoyen los derechos reproductivos de la mujer.
“Por el amor de Dios, viene una elección. Voten. Voten. Voten. Voten”, clamó el presidente, apuntando a esa es la ruta más inmediata para que las mujeres hagan valer su poder político y se pongan en marcha leyes que restablezcan sus derecho. “Consideren el desafío aceptado. Y mientras tanto, estoy firmando esta importante orden ejecutiva”, exclamó el mandatario.
La orden también busca proteger la privacidad de las pacientes con respecto a los datos confidenciales sobre los servicios de salud de la mujer, luego de que crecieran las preocupaciones de que las personas que buscan abortar puedan ser procesadas utilizando sus datos personales.
En ese punto, Biden ordenó al presidente de la Comisión Federal de Comercio que “tome medidas para proteger la privacidad de los consumidores”, sugerencia que amplió hacia el secretario Becerra, quien deberá “considerar acciones adicionales” para proteger la información confidencial. Dicho manto deberá extenderse hasta alcanzar a pacientes, proveedores y terceros que brinden o reciban el servicio.
El presidente Biden ha aceptado que no tiene el poder para restaurar Roe vs. Wade, e insistió en que la única institución capacitada para hacerlo es el Congreso. “Ninguna acción ejecutiva del presidente puede hacer eso”, admitió.
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Parte de la orden firmada hoy busca paliar esa impotencia, por lo que ha puesto a trabajar horas extras al secretario Becerra, quien deberá coordinar con el Departamento de Justicia los esfuerzos para garantizar que las mujeres tengan acceso a las píldoras abortivas, incluso en estados donde ya se han activado las prohibiciones.
Las órdenes ejecutivas suelen no dejar conformes a todos y, en este caso, no fue la excepción. Defensores de los derechos reproductivos han recomendado a Biden tomar medidas más audaces, aunque estas corran el riesgo de ser anuladas por un juez. Una de ellas es la declaratoria de una “emergencia de salud pública”, que le permitiría expandir el acceso al aborto, incluso en sitios donde la práctica ahora es ilegal.
Por su parte, Jeanne Mancini, presidenta de March for Life, una organización que se opone a la práctica, calificó en un comunicado de trágico que la administración Biden use su poder para promover abortos que “dañan a las mujeres y cobran vidas inocentes”.
LP