Los dichos del martes del presidente estadunidense, Donald Trump, sobre la mujer que acusó de abuso sexual al candidato a la Corte Suprema de Estados Unidos, Brett Kavanaugh, generaron rechazo entre miembros clave del Senado estadunidense.
En un acto en Southaven, en el estado de Misisipi, Trump imitó una parte del testimonio Christine Blasey Ford ante el Comité de Justicia del Senado la semana pasada, lo que desató risas y aplausos de los asistentes.
"Tomé una cerveza, sí, tomé una cerveza, bueno... no, fue una cerveza... '¿Cómo llegó a casa?' No me acuerdo. '¿Cómo llegó ahí?' No me acuerdo. '¿Hace cuántos años fue?' No sé", dijo el presidente.
El senador republicano Jeff Blake, un voto clave en la próxima votación que definirá si Kavanaugh accede al cargo en la corte, criticó duramente a Trump.
"No hay tiempo ni lugar para comentarios como ese", dijo Flake en una entrevista con la cadena NBC. "Discutir algo así de sensible en un acto político sencillamente no es correcto, no está bien. Quisiera que no lo hubiera hecho. Sólo diría que es algo espantoso", expresó.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, aclaró que los dichos de Trump no eran una burla, sino una "enumeración de hechos".
"El testimonio de la doctora Ford fue convincente, pero no se puede tomar una decisión basada en las emociones, tiene que basarse en los hechos", dijo Sanders a periodistas. "Difiero en que esto sea otra cosa que el presidente enumerando los hechos".
"El presidente cree que el juez Kavanaugh debe ser confirmado", agregó Sanders.
Ford reiteró el jueves ante la Comisión de Justicia del Senado que Kavanaugh intentó violarla en 1982 en estado de ebriedad en una fiesta de estudiantes. Kavanaugh rechaza las acusaciones.
El nombramiento de los jueces de la Corte Suprema en Estados Unidos tiene gran peso político, porque los magistrados constituyen la última instancia de decisión en cuestiones sociales fundamentales.
jamj