La fundadora de Theranos, Elizabeth Holmes, subió al estrado el viernes para defenderse de los cargos de defraudar a inversores y pacientes con
Theranos, la empresa de análisis de sangre que alguna vez fue valorada en 9 mil millones de dólares y hoy está desaparecida.
Holmes, de 37 años, es acusada de hacer afirmaciones falsas sobre Theranos, como que su tecnología podría ejecutar una variedad de pruebas de diagnóstico de manera más rápida y precisa que las pruebas de laboratorio convencionales con una gota de sangre de un pinchazo en el dedo.
Al quitarse la máscara azul para testificar, Holmes dijo que su trabajo en Theranos la llevó a creer en la tecnología de la compañía.
Holmes le contó al jurado sobre los primeros esfuerzos para recaudar capital, testificando que se había reunido con el capitalista de riesgo de Silicon Valley, Don Lucas, quien finalmente invirtió en Theranos y se convirtió en el presidente de su junta.
Una vez promocionada como la Steve Jobs de la biotecnología, la suerte de Holmes y Theranos decayó después de que el Wall Street Journal publicara una serie de artículos a partir de 2015 que sugerían que sus dispositivos eran defectuosos e inexactos.
Holmes se declaró inocente de nueve cargos de fraude electrónico y dos cargos de conspiración.
En el transcurso del juicio de dos meses, los miembros del jurado en San José, California, han escuchado el testimonio de más de dos docenas de testigos de cargo, incluidos pacientes e inversionistas a quienes los fiscales dicen que Holmes engañó.
El testimonio de Holmes se reanudará el lunes por la mañana.
evr