Al menos 180 reclusos se han infectado de coronavirus en Rikers Island, convertida en la comunidad con la tasa de infección más alta del mundo: 39 casos por cada mil habitantes frente a Nueva York y Lombardía, Italia, que tienen cuatro contagiados por cada mil. Decenas de custodios se han contagiado igualmente e incluso uno falleció por la misma causa.
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La emergencia en la pequeña isla convertida en penal y ubicada en la frontera entre Manhattan, el Bronx y Queens, ha orillado a las autoridades a trasladar al menos a 650 de sus 4 mil 500 reclusos a otros penales, el ex famoso productor Harvey Weinstein, incluido.
El primer contagio en Rikers se dio el miércoles 18 de marzo y desde entonces las cosas se salieron de control. A los presos se les ha complicado seguir las instrucciones de las autoridades sanitarias, pues dependen del personal para obtener jabón, además de que viven confinados en grandes dormitorios o unidades de vivienda en grupos de alrededor de 40 personas que duermen a escasos 50 centímetros una de la otra.
El doctor Ross McDonald, quien supervisa los casos médicos de las cárceles del estado, estalló contra la opinión de los fiscales que argumentaron que quienes sean detenidos y enviados a la isla Rikers “recibirán los recursos necesarios para vivir en condiciones necesarias y atención médica de calidad”.
En una carta enviada a defensores de los cinco barrios de la ciudad, reclamó que su apreciación le parecía "un fracaso para atender el desastre de salud pública que crece ante nuestros ojos".
Pero no todos los fiscales piensan igual. Otro grupo envió este lunes una solicitud al alcalde Bill de Blasio y a la comisionada del Departamento de Correccionales, Cynthia Brann, para buscar liberar a la mayor cantidad de presos que no significan un peligro para la paz pública y aligerar de ese modo, la sobrepoblación al menos en Rikers. Se habla de que serán casi 400 los que recibirán el beneficio y por lo pronto Cyrus Vance jr, el fiscal de distrito por Manhattan, consintió en dejar salir a unos 175 infractores de libertad condicional, delincuentes menores y detenidos en prevención. Y recomendó a otros colegas hacer lo propio.
Sin embargo, hasta el momento solamente han alcanzado su libertad unas tres decenas de reos, por lo que organizaciones en defensa de los mismos, dicen que el número es insuficiente. Así lo consideró Tina Luongo abogada de la Sociedad de Asistencia Legal de Nueva York, una de quienes han insistido en reducir la población carcelaria durante la crisis del coronavirus.
“Las cárceles de la ciudad se han convertido en el epicentro de Covid-19 por lo que es imperativo que Albany (el gobernador), el ayuntamiento, nuestros fiscales locales y la policía de Nueva York tomen medidas rápidas para mitigar la propagación de este virus mortal”. Y propone dejar de enviar gente a la isla y permitir que salgan muchos más. “Cualquier otra cosa es demasiado poco y demasiado tarde”, abundó.
Por su parte, el alcalde de Blasio ofreció a reos de la propia isla-prisión para ser trasladados a la vecina Hart Island, recibiendo un sueldo de 6 dólares la hora a cambio de ayudar a cavar fosas comunes ahí. Esa cantidad es mucho mayor a la que normalmente se ofrece por trabajar en cualquier prisión. Avery Cohen, portavoz de la oficina del alcalde confirmó la oferta aunque dijo no estar relacionada a la coyuntura del Covid-19 y aclaró que los reos de Rikers han estado cavando tumbas en Harft durante años.
Quienes acepten la oferta seguro que estarán más seguros en Hart, isla más cercana al Bronx, que en el hacinamiento mortal en que esta convertido Rikers.
VJCM