Más de 4 millones de estadunidenses solicitaron los beneficios del seguro de desempleo por primera vez la semana pasada, lo que lleva a un total durante las cinco semanas desde que comenzaron los cierres por el coronavirus a un récord de 26 millones, y por mucho borraron los números de empleos que se crearon en Estados Unidos desde la crisis financiera.
Las solicitudes iniciales para el seguro de desempleo llegaron a un total de 4.4 millones en la semana que terminó el 18 de abril, algo que marca una disminución de 810 mil respecto a la semana anterior, señaló ayer el Departamento del Trabajo. Eso se compara con las expectativas de 4.5 millones de los economistas y marca la tercera semana de descensos en las solicitudes, lo que indica que tal vez ya se alcanzó el punto máximo de despidos.
El número de estadunidenses que presentaron con éxito las solicitudes para el seguro de desempleo y fueron aprobados subió a 11 por ciento de toda la fuerza laboral para el 11 de abril, el nivel más alto en registro.
California reportó menos solicitudes en la semana pasada, pero aún así procesó 533 mil 568, lo que representa la cifra más grande de solicitudes, de acuerdo con las estimaciones preliminares a escala estatal que no han sido ajustadas de manera estacional.
Al mismo tiempo, las solicitudes en Florida aumentaron más del doble, para llegar a 505 mil 137. Las peticiones que presentaron personas en Michigan, Kentucky y Rhode Island representaron alrededor de un tercio del empleo total en esos estados en febrero, el mes anterior al que la pandemia del covid-19 comenzó a afectar gravemente el mercado laboral de Estados Unidos, dijo Ernie Tedeschie, ex economista.
La oleada de pérdidas de empleos siguió extendiéndose del sector de servicios y ventas minoristas a los proveedores y al sector de fabricación en la última semana.
Si el desempleo en general sube a un total de 20 millones en abril, la tasa de desempleo se elevará para ubicarse en alrededor de 16 por ciento y si se suman 10 millones de desempleados en mayo, esto llevará la tasa hasta 22 por ciento, de acuerdo con James Knightley, economista de ING.
“Menos de la mitad de los estadunidenses en edad laboral van a estar ganando un salario el próximo mes”, agregó Knightley. “En un año electoral, esto significa que el llamado a los políticos para que reabran la economía se va a hacer más fuerte, independientemente de los consejos de salud”.
El creciente desempleo incitó a los estadunidenses en más de una docena de estados a protestar contra las órdenes de quedarse en casa que cerraron negocios y dieron como resultado licencias sin derecho a remuneración y pérdidas de empleos, incluso cuando el número de muertos por la pandemia ya superó los 42 mil en Estados Unidos.
La dificultad económica derivada del brote fue subrayada por otros dos informes publicados ayer. Un indicador de servicios y fabricación, el flash del índice PMI compuesto de IHS Markit, mostró que la actividad se contrajo aún más, cayendo a 27.4 en abril, la lectura más baja desde que comenzaron los registros en 2009.
Al mismo tiempo, las ventas de viviendas recién construidas se vieron afectadas por la pérdida de empleos y las medidas de distanciamiento social, al registrar una caída de 15.4 por ciento el mes pasado en su mayor baja desde julio de 2013.
Varios estados del sur de Estados Unidos comenzaron a tomar medidas para volver a abrir sus economías, incluso cuando el presidente Donald Trump envió mensajes contradictorios, advirtiendo por un lado al gobernador de Georgia que no reanude la economía demasiado pronto, mientras que, por el otro, defiende a los que protestan por las medidas del cierre de emergencia.
El mandatario firmó el miércoles una orden que prohíbe las solicitudes de la green card (la tarjeta de residencia) durante 60 días y dijo que protegerá los puestos de trabajo ante e la pandemia.
Joe Biden, el presunto candidato presidencial demócrata, culpó a Trump por no hacer lo suficiente y argumentó que deberían ampliarse los programas de compensación a corto plazo para los trabajadores. “El Congreso le dio al presidente Trump las herramientas para mantener a la gente en la nómina… pero no los ha usado plenamente”, afirmó.
Se espera que la Cámara de Representantes vote sobre un paquete de estímulo de 484 mil millones de dólares acordado por la Casa Blanca y los líderes del Congreso. El proyecto de ley incluye más de 300 mil millones de dólares para reponer el agotado fondo de rescate de pequeñas empresas, conocido como el Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP, por su sigla en inglés). De los nuevos fondos para reponer el PPP, 60 mil millones de dólares se van a destinar a pequeños bancos e instituciones financieras comunitarias.
Si bien el plan está diseñado para apoyar los empleos estadunidenses, hay personas que advierten que el ritmo al que las personas volverán al trabajo sigue sin ser claro.
“Casi en todos los estados del país su sistema de desempleo está completamente abrumado”, dijo Marco Rubio, senador republicano de Florida que preside el comité de pequeñas empresas del Senado.
“Los beneficios de desempleo tan generosos harán que sea difícil decidir volver al trabajo si lo que van a recibir no es diferente o incluso es menos de lo que pagan los beneficios”, dijo Peter Boockvar, director de inversiones de Bleakley Advisory Group.
ledz