El martes 24 de mayo, decenas de niños corrieron 50 metros de la escuela primaria Robb a la acera de enfrente para resguardarse. Era la funeraria Hillcrest de la calle Geraldine. Hoy ahí son velados los restos de Amerie Jo, José Manuel, Jailah Nicole, Nevaeh Alyssa y Jayce Carmelo.
Quienes lograron salir ilesos, saltaron por las ventanas de sus salones de clases, los 111 y 112 que dan al estacionamiento por donde ingresó Salvador Ramos, armado y dispuesto a arrancar la vida de 21 inocentes.
Es una de las dos funerarias de Uvalde. En la otra, apenas a media milla de distancia de la escuela Robb, también son velados los restos de Eva Mireles e Irma García, las dos maestras que murieron intentando salvar a los pequeños, además de 13 niños y niñas más, de acuerdo con los obituarios porque el acceso es absolutamente restringido.
- Te recomendamos ¿Qué es la segunda enmienda y por qué es tan fácil comprar armas en EU? Estados Unidos
La policía resguarda esta última funeraria, la Rushing Estes Knowles hasta donde han llegado familiares de las dos maestras y Joe García, esposo de Irma, una de ellas, quien falleció dos días después del tiroteo, a causa de un infarto, aunque la familia asegura que falleció de un "corazón roto".
En este sitio todo es sigilo, mientras que en la funeraria Hillcrest desfilan decenas de personas. La cercanía con la escuela hace que mucha gente de la comunidad se acerque a guardar sus respetos y dejar flores.
Después caminan unos metros y tras la liberación del cerco que mantenía la policía, observan las cuatro ventanas con los cristales rotos de los dos salones de clases, donde la mañana del martes 24 de mayo fueron sometidos y algunos de sus compañeros asesinados por el joven de 18 años que de regalo de cumpleaños se compró un arma de alto poder en una armería de Uvalde.
- Te recomendamos ¿Qué es la Asociación Nacional del Rifle y por qué es el mayor promotor de armas de EU? Estados Unidos
Mientras el duelo aún se percibe en la plaza pública, la escuela y las funerarias de esta comunidad, los negocios se han solidarizado colocando letreros con la leyenda "Uvalde Strong". También algunos vehículos pintaron en sus cristales, mensajes de solidaridad y en memoria de las víctimas.
Sin embargo, la casa que ocupa el número 552 de la calle Díaz, muy cerca de la primaria Robb, luce vacía. Ahí vivía Salvador con su abuela, que hoy se debate entre la vida y la muerte por el disparo que recibió en la boca antes de que su nieto tomara una mochila cargada de municiones y en una camioneta se dirigiera a la escuela y estrellara el vehículo en una zanja.
Los funerales de las víctimas se realizarán durante los próximos días y los niños que fueron testigos de la tragedia pasarán sus vacaciones entre el luto que prevalece en la comunidad de apenas 12 mil 500 habitantes y que pasó a la historia como el epicentro de una de las más terribles masacres en escuelas de Estados Unidos a consecuencia de la venta indiscriminada de armas.
Los sacerdotes que han oficiado misas para los deudos. Sus palabras han sido de aliento, aunque por ahora, solo hay sufrimiento. José Mireles, quien estuvo a cargo de la ceremonia religiosa a la que acudió el Presidente Joe Biden y su esposa Jill, pidió a la comunidad orar por el descanso de las víctimas y el consuelo de los seres queridos, muchos de los cuales aun están en un auténtico shock.
En las inmediaciones de la primaria Robb aun llegan cientos de personas a dejar una flor o un muñeco de peluche donde fueron colocadas las fotografías de las víctimas. Wallace Arredondo, vecino de la familia de uno de los niños que falleció en el tiroteo advirtió que lo ocurrido debe servir para poner un alto a la venta de armas.
"No hacen más que una revisión de antecedentes, deberían también revisar la salud mental de quienes tienen armas. Deberían dejar de vender armas a menores. El tirador tenía 18 años y compró un armas para matar, pero no le vendían alcohol ni cigarros, eso es injusto, eso solo pasa en este país".
Como él, cientos de personas siguieron llegando al memorial. Hubo vigilias por la noche y caminatas en un día que para Estados Unidos es festivo, sin los adultos en la escuela y con los niños ya de vacaciones. Los de la primaria Robb, sin embargo, sin una fecha de regreso al lugar que hoy es motivo de sus pesadillas.
dr