El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo se debe mantener "la ley y el orden" en medio de las protestas contra el racismo policial en Estados Unidos, defendiendo la labor de los policías que controlan las manifestaciones violentas "alimentadas por la izquierda radical y anarquistas".
Trump, quien se defiende a sí mismo como "el presidente que ha hecho más por los afroestadunidenses", mencionó durante su discurso de nominación republicana hacia la Casa Blanca las protestas ocurridas en Kenonsha (Wisconsin), Portlan (Oregon) y Minneapolis (Minnesota) que nunca se debe permitir el “gobierno de la mafia”.
Asimismo criticó a los demócratas de "financiar y apoyar a vándalos y delincuentes" en las protestas contra el racismo, reiterando que los demócratas, en caso de llegar a la presidencia, "destruirán los suburbios" para sumergirlos en la violencia de delincuentes.
Trump afirmó que su rival demócrata Joe Biden "es un caballo de troya del comunismo" que no puede resolver los problemas en su propio partido, asegurando que "no tiene una línea política clara" y que "en un país manejado por Biden nadie tendría seguridad".
El mandatario defendió a los cuerpos policíacos afirmando que "tienen el miedo de cumplir su deber" mientras que en algunas ciudades ya se debate en reducir fondos a la policía, y enfatizó que "No podemos permitir el predomino de las turbas".
Trump no mencionó al afroamericano Jacob Blake de 29 años, padre de seis hijos, que quedó paralizado de cintura para abajo después de recibir un disparo en la espalda. El presidente afirma que la mayoría de las protestas que el país presenció este verano tuvieron lugar en ciudades con liderazgo demócrata e instó a estos líderes a que lo llamaran para solicitar asistencia federal.
Sin embargo, a pocos metros del jardín sur de la Casa Blanca, cientos de simpatizantes de Black Lives Matter protestaron contra el mandatario por su discurso, donde se registraron algunos enfrentamientos con la policía y buscaban irrumpir en el ruido de su nominación.
dmr