El jefe del Pentágono, Mark Esper, admitió ayer que no ha visto ninguna “prueba” concreta de que el general iraní Qasem Soleimani planeara atacar cuatro embajadas de Estados Unidos, al tiempo que afirmó que está a favor de “un diálogo sin condiciones”.
“El presidente no citó una prueba en concreto, y yo no he visto ninguna, en lo que a las cuatro embajadas se refiere”, dijo Esper en una entrevista con el programa televisivo Face The Nation en CBS News en torno a las afirmaciones de Trump de que Soleimani, asesinado este mes en una operación del Pentágono en Bagdad, preparaba esos ataques para justificar ordenar su muerte.
Sin embargo Esper afirmo estar de acuerdo con Trump en que “es probable que (los iraníes) fueran a atacar las embajadas, porque son el punto más destacado de la presencia estadunidense en un país”.
Sus declaraciones añaden dudas al cambiante relato de Trump para justificar la misión contra Soleimani, ya que el presidente dijo inicialmente que el comandante planeaba ataques indefinidos contra objetivos estadunidenses, luego precisó que quería “volar” la embajada en Bagdad y después habló de planes contra otras misiones.
“Puedo revelar que creo que probablemente habrían sido cuatro embajadas”, aseguró Trump durante una entrevista el viernes con la cadena Fox News.
De lo que sí vio “pruebas” el secretario de Defensa fue de que Soleimani planeaba atacar la embajada en Irán, según precisó en otra entrevista con la cadena CNN.
En la misma entrevista con CBS, Esper declaró que Trump está abierto a hablar con Irán.
“Estamos dispuestos a sentarnos y discutir sin condiciones previas una nueva vía, una serie de medidas que harán de Irán un país más normal”, preciso.
Poco antes, Trump había advertido a Irán que el mundo y “más importante, Estados Unidos, está mirando”, al referirse a protestas que ocurrieron el sábado por parte de manifestantes indignados porque Teherán negó en un principio su responsabilidad en el derribo de un avión ucraniano.
“A los líderes de Irán: No maten a sus manifestantes”, tuiteó el presidente estadunidense.
Irán reconoció el sábado que un misil disparado por un “error humano” provocó la catástrofe en la que murieron el miércoles 176 personas —la mayoría iraníes y canadienses, muchos de ellos binacionales—, después de que las autoridades negaran esa tesis, a la que apuntó desde el principio Ottawa.
Esa confesión indignó a los iraníes. Tras dispersar el sábado por la noche una protesta de estudiantes que corearon consignas contra el gobierno en Teherán, las fuerzas de seguridad se desplegaron en el centro de la capital este domingo, armadas con cañones de agua a presión y bastones de madera, cerca de tres universidades.
El jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, compareció este domingo ante el Parlamento iraní a puertas cerradas para dar explicaciones sobre la crisis que sacude al país.
Salami dio en el Parlamento detalles sobre la muerte de Soleimani, jefe de operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite de Irán, por un disparo de dron estadunidense, el pasado 3 de enero en Bagdad.
También explicó la respuesta iraní al atacar el miércoles dos bases iraquies habilitadas para albergar a militares estadunidenses.
El general Salami aseguró al Parlamento que el objetivo de esos ataques no era “matar soldados enemigos”. “Queríamos (mostrar) que podemos atacar cualquier lugar escogido por nosotros”.
Ayer, ocho cohetes, de origen indeterminado, impactaron en una base utilizada por soldados estadunidenses al norte de Bagdad, sin causar bajas entre los norteamericanos aunque cuatro iraquíes resultaron heridos.
En respuesta, el secretario de Estado estadunidense, Mike Pompeo, se declaró “indignado”. “Esas violaciones repetidas a la soberanía de Irak por grupos opuestos al gobierno iraquí deben cesar”, tuiteó.
Libios firmarán en Moscú alto el fuego
Los dos líderes enfrentados en Libia, el mariscal Jalifa Haftar y el jefe del gobierno de Unión Nacional Fayez al Sarraj, tienen previsto firmar este lunes en Moscú un acuerdo sobre las modalidades del alto el fuego entre sus tropas, que entró en vigor este domingo, después de más de nueve meses de combates mortíferos y luego de que Rusia y Turquía intervinieran para lograr la distensión entre las partes.