Después de que el pasado miércoles el presidente Donald Trump desestimara como “meros dolores de cabeza” las lesiones de los 11 soldados heridos por el ataque iraní a bases militares estadunidenses en Irak, el Pentágono divulgó ayer que en realidad fueron 34 víctimas, y que éstos sufrieron lesiones cerebrales traumáticas.
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“Un total de 34 miembros han sido diagnosticados con conmociones, y lesiones cerebrales traumáticas. Ocho miembros en servicio fueron inicialmente transportados a Alemania y han sido desplazados a EU, donde continuarán recibiendo tratamiento”, explicó Jonathan Rath Hoffman, asistente de prensa del secretario de Defensa, Mark Esper.
Además, añadió que otros nueve estadunidenses permanecen en Alemania, donde están siendo sometidos a evaluación y tratamiento, mientras que los 17 restantes han sido dados ya de alta y regresado a su actividad habitual en Irak, donde recibieron asistencia médica, a excepción de uno que fue hospitalizado en Kuwait.
Las otras nueve víctimas que fueron trasladadas a Alemania “todavía están siendo evaluadas y tratadas allí”, agregó.
Legisladores demócratas acusaron a Trump de mentir sobre el ataque. “Aunque minimiza estas lesiones como ‘dolores de cabeza’, aproximadamente la mitad de todas las lesiones cerebrales traumáticas (TBI) requieren cirugía y pueden provocar discapacidades de por vida”, dijo la congresista Debbie Wasserman Schultz de Florida.
Durante la noche del 7 al 8 de enero, Teherán lanzó misiles contra las bases de Ain al Assad (oeste) y Erbil (norte), donde están desplegados parte de los 5 mil soldados estadunidenses en Irak.
El ataque fue en represalia por el asesinato del más alto general iraní Qasem Soleimani, muerto en un ataque con drones el 3 de enero cerca de la capital de Irak, Bagdad.
Precisamente en este país se han desatado intensas movilizaciones a raíz de la escalada de tensiones en la zona, exigiendo la salida de las tropas estadunidenses.
Solo ayer murieron dos personas y otras 14 resultaron heridas en enfrentamientos con la policía antidisturbios en la plaza de Al Kilani en el centro de Bagdad.
Por separado, Trump participó ayer en la “Marcha por la vida”, una manifestación de los activistas contra el aborto, en un intento por aumentar su popularidad de cara a lo comicios de noviembre.
“Los niños no nacidos nunca han tenido un defensor más fuerte en la Casa Blanca”, dijo el republicano a miles de activistas congregados en el National Mall de Washington, una emblemática zona al aire libre de la capital.
El magnate, que en 1999 aseguró apoyar la libre elección de las embarazadas, está decidido a posicionarse como el presidente más contrario al aborto de la historia.
Su participación en este evento está lejos de ser trivial: en sus 47 años de existencia, la “Marcha por la vida” nunca había recibido a un presidente en ejercicio.
CONCLUYEN ALEGATO ACUSATORIO
Los fiscales demócratas en el juicio de destitución de Trump en el Senado argumentaron ayer que éste impidió indebidamente una investigación del Congreso sobre las sospechas de que obligó al gobierno de Ucrania a indagar a su rival político Joe Biden.
En su tercer y último día de argumentos de apertura, los legisladores demócratas intentaron demostrar que el presidente republicano era culpable de obstruir al Congreso al prohibir la comparecencia de testigos clave e impedir el acceso a documentos.
“No puedes dejar a un hombre así en su cargo (...) sabes que no va a parar... No va a parar a menos que el Congreso haga algo al respecto”, declaró el representante Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la cámara baja.
A esta indagatoria se suma una prueba más que podría demostrar el abuso de poder del magnate en el tema Ucrania, pues la cadena ABC dio a conocer ayer que ha tenido acceso a un audio donde Trump aparentemente forzaría la salida de Kiev de la embajadora Marie Yovanovitch.
En la grabación supuestamente se oye a Trump expresando rechazo a Yovanovitch, testigo clave que estuvo al frente de la embajada de EU en Kiev entre 2016 y mayo de 2019. “¡Desháganse de ella!”. “Sáquenla de aquí mañana”.
Pese a esto, la destitución de Trump es poco probable en estos momentos, ya que los republicanos gozan de mayoría en el Senado, donde se requiere de dos tercios para declararle culpable.