En Estados Unidos, el embarazo es considerado un problema médico que requiere de asistencia de profesionales. Esto significa que si entra a Estados Unidos con una visa de turista o B-2 deberá contar con un seguro médico privado o fondos suficientes para pagar cualquier atención médica, para tener el parto.
A pesar de que no existen restricciones específicas sobre la entrada de mujeres embarazadas a Estados Unidos, la entrada puede ser permitida o negada a discreción de un oficial de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Si el oficial determina que una mujer embarazada podría ser un “problema” para el gobierno de los Estados Unidos, por no contar con una cobertura de seguro médico privado, se le puede negar la entrada.
Para evitar esta situación, es necesario presentarle al oficial de CBP los siguientes datos:
- Fecha del parto
- Cantidad de días que planea quedarse en Estados Unidos
- Pruebas de cobertura de seguro médico
- Comprobante de ingresos para cubrir cualquier necesidad médica
- Mostrar intención de regresar a su lugar de origen
¿Puedo perder mi visa si tengo a mi bebé en los Estados Unidos?
La única forma de perder la visa en Estados Unidos es si pides ayuda del gobierno o no pagas el costo de los servicios médicos. En caso de no pagar tu servicio médico, el hospital reporta tu cuenta como delincuente.
Entonces, al momento de renovar tu visa, es posible que te la nieguen, debido a la deuda y la contradicción de tus comprobantes de solvencia económica.
Ya que un parto en Estados Unidos puede llegar a costar $10,000 dólares. Sin embargo, algunos hospitales dan sus servicios médicos para un parto natural con un costo de alrededor de $6000 dólares o cesárea en $8000.
Nuevas restricciones de visado que dificultan la entrada a embarazadas a Estados Unidos
Una de las nuevas regulaciones para la entrada de embarazadas a Estados Unidos fue impuesta por la administración de Trump, al rechazar las solicitudes de visa B1 y B2 a mujeres embarazadas, que podrían planear visitar Estados Unidos con fines de “turismo de parto”.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en 2017 nacieron más de 10.000 bebés de ciudadanas extranjeras, con la finalidad de obtener la nacionalidad estadounidense por “derecho de nacimiento”.
Ante estas nuevas políticas migratorias, varias aerolíneas han impuesto sus propias restricciones para las mujeres embarazadas, evitando que viajen en los últimos meses al parto, por su seguridad.
wgp