Autoridades de Estados Unidos liberaron a un número significativo de familias migrantes centroamericanas bajo custodia hacia refugios en Texas por primera vez en casi un año, ya que autoridades mexicanas dificultan que Estados Unidos las regrese a través de la frontera.
Dos gerentes de refugios informaron a Reuters que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos comenzó a liberar a las familias la semana pasada a albergues en Laredo y Brownsville, frente al tramo fronterizo del estado mexicano Tamaulipas, la región más concurrida por la inmigración ilegal hacia el norte.
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La hermana Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, dijo que la Patrulla Fronteriza ha enviado entre 50 y 80 familias a su refugio diariamente desde el 27 de enero, y 150 familias el jueves.
Tamaulipas recientemente dejó de recibir a familias centroamericanas con niños menores de seis años expulsados de Texas, dijo una fuente estadunidense.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México confirmó ajustes "locales" a la política, citando la implementación de reformas a la ley de migración aprobada a fines del año pasado que limita cuándo niños pueden ser detenidos en centros de migración.
Bajo una política implementada durante la pandemia por la administración de Donald Trump a comienzos de 2020, los funcionarios fronterizos estaban expulsando rápidamente a casi todos los migrantes atrapados mientras cruzaban la frontera, incluidas familias con niños.
Si las restricciones sobre el retorno de las familias se extendieran a otros estados y se aplicaran de manera más amplia, los funcionarios estadunidenses temen que podría avivar la migración que ya está en aumento desde Centroamérica, si se corriera la voz de que no todas las familias serán expulsadas.
La administración de Joe Biden está tratando de deshacer algunas duras leyes migratorias de la era Trump sin acelerar las cosas en la frontera. En una señal de la presión política que podrían crear los flujos migratorios más grandes, Chad Wolf, quien fue secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional bajo Trump hasta enero, tuiteó el jueves que el cambio de política mexicana fue un golpe al control migratorio.
Sin embargo, por ahora, los cambios parecían ser menores y no estar en vigor en otras secciones de la frontera con mucho tráfico migratorio, como El Paso y San Diego.
"Es ordinario que haya ajustes a nivel local pero eso no significa que la práctica haya cambiado o cesado", dijo un vocero de la Cancillería mexicana.
La vocera de Aduanas y Protección Fronteriza, Stephanie Malin, dijo que un alza constante en los encuentros fronterizos, agravado por las restricciones de covid-19 y las pautas de distanciamiento social, había provocado que algunas instalaciones alcanzaran la capacidad máxima de retención segura.
"Siempre que sea posible, buscamos alternativas a la detención en los casos en que la ley lo permita", dijo.
Datos de Estados Unidos muestran que hasta diciembre de este año fiscal, las autoridades de inmigración estadounidenses detuvieron a 5 mil 175 familias entre Tamaulipas y Texas, más que en cualquier otro lugar de la frontera, pero menos que en el mismo período del año anterior.
En general, las cifras de detenciones fronterizas han aumentado, por encima de 70 mil en los últimos meses y se espera que lleguen a 80 mil en enero.
Pimentel dijo que la Patrulla Fronteriza le informó que necesitaban liberar a algunas familias debido a problemas de capacidad.
La religiosa agradeció la decisión de enviar menos familias a México. Tamaulipas, por ejemplo, tiene un historial de violencia contra los migrantes, incluida una masacre de 19 personas en enero. Una docena de policías estatales han sido acusados del crimen.
"No es una respuesta muy humana enviarlos a México con todos los abusos que tienen que enfrentar. Tenemos una mejor capacidad para manejarlos", dijo.
Otro administrador del refugio, Mike Smith, director del Holding Institute Laredo, confirmó que las familias habían comenzado a ser liberadas hace aproximadamente una semana y media.
México solo acordó permitir que Estados Unidos regresen a los centroamericanos atrapados cruzando la frontera ilegalmente, incluidas las familias con niños, bajo una ley de salud estadunidense llamada Título 42, implementada en marzo cuando se propagó la pandemia del coronavirus.
Antes de la aplicación del Título 42, las autoridades estadounidenses deportaban a muchos migrantes directamente a sus países de origen en avión.
KACY