Una familia británica compuesta por cuatro adultos y tres niños, incluido un bebé de tres meses, fue detenida por dos semanas en una cárcel migratoria de Estados Unidos antes de ser deportada a su país, acusada de haber entrado ilegalmente al país desde Canadá, aunque ellos aseguren que cruzaron por error.
David Connors, de 30 años, y su esposa Eileen, de 24, los padres del bebé, aseguraron que en el centro de detención fueron "tratados como criminales" hasta su deportación.
La pareja aseguró que en el centro de detención vivieron en condiciones "de suciedad" y de "frío".
"Supimos que la familia no está más en la instalación", dijo ala ONG Aldea, que los representó legalmente. La policía migratoria "ICE ha confirmado que fueron deportados al Reino Unido".
"Las deportaciones en Berk (el centro de detención donde estaban recluidos) suelen ocurrir durante la noche. Normalmente despiertan a la familia entre las 2 y 3 de la mañana, les ordenan empacar y los llevan al aeropuerto. El gobierno raramente da información sobre los trámites de viaje por seguridad".
La familia de David Connors viajaba con la de su primo -su esposa y unos gemelos de dos años- por una carretera en Vancouver cercana a la frontera la noche del 2 de octubre cuando, aseguran, tuvieron que hacer un desvío repentino para evitar a un animal en la vía. Entraron en una ruta paralela e inmediatamente después vieron las sirenas: el oficial que los detuvo era estadunidense.
A diferencia de la frontera con México, no hay un muro o cerca metálica en la línea divisoria entre Canadá y Estados Unidos.
La patrulla fronteriza estadunidense indicó que el vehículo era seguido por sistemas de vigilancia y que procedieron a hacer la detención cuando "giró hacia el sur y entró a Estados Unidos ilegalmente, conduciendo lenta y deliberadamente a través de una zanja en la calle Boundary Road en Lynden, Washington", estado fronterizo al noroeste.
La abogada de la familia, Bridget Cambria, dice que la versión de las autoridades no contradice a la de familia "salvo la descripción de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de que el movimiento fue deliberado".
"La familia viajaba en un auto rentado en Canadá, con suficiente dinero canadiense para cubrir los gastos un viaje largo por tierra para una familia de siete personas, incluidos tres niños pequeños", indicó Aldea.
"La peor experiencia"
Los ciudadanos británicos no necesitan visa para entrar a Estados Unidos, pero deben tramitar un permiso antes de su viaje.
Tras la detención, informó CBP, "los registros revelaron que a dos de los adultos se les había negado previamente la autorización de viaje a Estados Unidos".
En su declaración, Eileen Connors dijo que tenían el permiso (no especificó si lo tenía su primo político), que trataron de explicar al oficial que se trataba de un error y que les permitiera dar vuelta para volver al otro lado de la frontera.
"Nos detuvieron igual y nos trataron de una manera que ningún ser humano merece", señaló.
CBP precisó luego que "Canadá se negó a permitir su regreso".
"Esto nunca lo olvidaremos, estaremos traumatizados por el resto de nuestras vidas por lo que Estados Unidos nos ha hecho", escribió Connors en su declaración, asegurando que durmió en el piso sucio antes de ser entregada a la policía migratoria ICE para ser llevada al centro de detención familiar que describió como "sucio" y "helado" en Pensilvania.
Indicó que los oficiales aseguraron que no podían prender la calefacción hasta noviembre y que por el frío el bebé se enfermó. Agregó que el ICE le ofreció firmar unos papeles para autorizar a separarla del bebé y llevarlo a otra instalación.
"Nos han despojado de nuestros derechos y nos han mentido... Es sin duda la peor experiencia que hemos vivido".
ICE aseguró que las instalaciones ofrecían "un ambiente seguro y humano para las familias en procesos de inmigración" y que regularmente reciben "calificaciones excepcionales".
jamj