Los primeros estudiantes universitarios en regresar a sus dormitorios en Estados Unidos no están topándose con las habituales multitudes de alumnos y padres. Lo que encontraron fueron estrictos protocolos de seguridad y un poco de más ansiedad en medio de un incremento en los contagios de coronavirus en docenas de estados.
La Universidad Estatal de Carolina del Norte escalonó el regreso de sus estudiantes a lo largo de 10 días y dio la bienvenida a los primeros 900 estudiantes en el plantel, donde fueron saludados el viernes por voluntarios que utilizaban cubrebocas y mascarillas de plástico, y que guardaban su distancia.
El rito de iniciación fue un asunto bien organizado, pero discreto, en el que las cajas fueron descargadas, el equipaje transportado y las camas acarreadas.
“Es extraño no ver a nadie. Uno esperaba ajetreo, bullicio y todo eso, pero no hubo nada. Estaba bastante vacío”, dijo Dominick DePaola, alumno de primer año procedente de Charlotte, Carolina del Norte.
En todo el país, los estudiantes están teniendo que pasar por obstáculos adicionales como pruebas, cuarentenas de viaje y disposiciones estrictas. La Universidad Elon en Carolina del Norte envió kits de pruebas a todos los 7 mil estudiantes antes de que lleguen en algunas semanas.
La Universidad Colby de Maine hará pruebas a los alumnos antes de que lleguen y después tres veces por semana durante las primeras dos semanas en el plantel. Se les harán pruebas dos veces por semana después de eso, hasta la conclusión del semestre.
La Universidad de Rhode Island redujo el alojamiento en el plantel para cumplir el requisito del distanciamiento social, causando dificultades a algunos estudiantes.
En la Estatal de Carolina del Norte, la universidad alberga habitualmente a 10 mil alumnos, pero este otoño tendrá a 6 mil 700 en su plantel de Raleigh, dijo el rector Randy Woodson. Y esos alumnos estuvieron llegando durante un periodo extendido en lugar de todos a la vez en un solo fin de semana como era lo usual.
“Al igual que el resto del mundo, tenemos que dilucidar cómo seguir adelante”, dijo Betsy Flanagan, que envió a su hijo de primer año, Arch, a la universidad. “Este virus no se va a ir y va a permanecer entre nosotros un buen rato, así que tenemos que pensar cómo existir a salvo y eso incluye continuar educando a nuestro futuro”.
En Virginia Occidental, una universidad extendió la alfombra de bienvenida el viernes para los estudiantes y sus familias, pero tuvo que retirarla temporalmente.
En un lapso de ocho días, a los estudiantes de la Universidad Estatal de Virginia Occidental, la cual es pequeña y tradicionalmente ha sido para afroestadounidenses, se les asignaron periodos escalonados de dos horas para descargar sus pertenencias y llevarlas a sus recintos de residencia, y después fueron enviados a casa hasta que comience el semestre otoñal el 10 de agosto.
“No tengo nada de qué preocuparme”, dijo Jihad Shockley, un residente de segundo año que coordina actividades y procede de Columbus, Ohio. “Más o menos es así: si te contagias, entonces pasas a una cuarentena de dos semanas (y) esperas que te vaya bien. Creo que no me asusta demasiado”.
A nivel nacional parece que la segunda oleada de casos confirmados del virus parece estarse normalizando. Sin embargo, los científicos advierten que esa tendencia es atizada por cuatro entidades muy afectadas (Arizona, California, Florida y Texas), y que los casos están aumentando en más de dos docenas de otros estados. Los estudiantes parecían estar dispuestos a aceptar el riesgo y seguir adelante.
dmr