El gobierno del presidente Joe Biden solicitó nuevamente a la Corte Suprema que bloquee una ley de Texas que prohíbe la mayoría de los abortos mientras se discute en tribunales la constitucionalidad de la medida.
La ley está en vigor desde septiembre, salvo por una suspensión que ordenó un tribunal de distrito y que duró apenas 48 horas, y prohíbe abortar una vez que se detecte la actividad cardíaca del embrión, lo cual sucede por lo general alrededor de las seis semanas y antes de que muchas mujeres se den cuenta que están embarazadas.
El Departamento de Justicia pidió al máximo tribunal levantar la orden impuesta por una corte federal de apelaciones de mayoría conservadora, la cual ha permitido a Texas continuar ejerciendo las restricciones más duras del país contra la interrupción del embarazo mediante una ley que fue redactada para dificultar su impugnación en el sistema de cortes federales. El departamento había anunciado sus intenciones el viernes pasado.
La ley de Texas contraviene las principales decisiones de la Corte Suprema sobre los derechos al aborto “al prohibir el aborto mucho antes de su viabilidad; de hecho, antes de que muchas mujeres si quiera se den cuenta que están embarazadas”, escribió el Departamento de Justicia en su solicitud ante el tribunal.
“La pregunta aquí es si se debe permitir que continúe la anulación de Texas a los precedentes de esta corte mientras los tribunales debaten la demanda presentada por el gobierno de Estados Unidos. Tal como lo reconoció la corte de distrito, no debería permitirse”, escribió la dependencia.
El gobierno también planteó la posibilidad de que el tribunal decida revisar por completo la ley de Texas y emita un fallo sobre su constitucionalidad, a pesar de que los tribunales menores aún no lo han hecho. La Corte Suprema rara vez interviene a estas alturas tan prematuras de una demanda.
dmr