Los incendios forestales que asolaron el oeste de Estados Unidos y Canadá, incluido un incendio "monstruoso" de dos semanas en Oregón, arrojaron humo y hollín este martes hacia el extremo este del país y causaron cielos nubosos en lugares tan lejanos como Nueva York.
Las corrientes de aire han llevado humo y cenizas a miles de kilómetros. La gente de ciudades distantes a los incendios reporta que la contaminación del aire se siente en los ojos, la nariz y los pulmones.
En la ciudad de Nueva York, donde una neblina gris envolvía el horizonte de Manhattan, el índice de calidad del aire (AQI) para las partículas finas alcanzó 170, un nivel considerado dañino incluso para personas sanas y nueve veces superior a las recomendaciones de exposición de la Organización Mundial de la Salud. Filadelfia llegó a 172.
Otras ciudades del noreste, incluidas Boston y Hartford, Connecticut, tenían lecturas por encima de 150. Se recomendó a los residentes que usaran mascarillas al aire libre para limitar la exposición.
La exposición intensa al humo de los incendios forestales se ha relacionado con consecuencias respiratorias a largo plazo para los bomberos, incluido un riesgo muy elevado de desarrollar asma, según un estudio de la Universidad de Alberta publicado esta semana.
"La exposición al humo de los incendios forestales aumenta la susceptibilidad a las infecciones respiratorias, incluido el covid-19, y dificulta la recuperación", dijo la asesora federal de recursos aéreos Margaret Key.
Los incendios también crecieron en ambos lados de la Sierra Nevada de California. En el condado de Alpine, el incendio Tamarack provocó evacuaciones de varias comunidades y creció a 61 millas cuadradas (158 kilómetros cuadrados) sin contención. Y el incendio de Dixie amenazaba a pequeñas comunidades en la región del valle del río Feather.
"Segundo día en el que el cielo se ve gris y el sol de un misterioso color rojo en Nueva York; me parece apocalíptico. Sé que es de los incendios en el oeste, pero es desconcertante".
"El humo de los incendios forestales al oeste continúa invadiendo nuestros cielos esta mañana. Un frente frío generará lluvias y tormentas eléctricas más tarde (...) y la buena noticia es que ayudará a despejar nuestros cielos esta noche".
La contaminación provocó una especie de filtro de la luz solar sobre las ciudades afectadas, dando lugar a imágenes como esta:
Los científicos han dicho que la creciente frecuencia e intensidad de los incendios forestales se pueden atribuir en gran medida a la sequía prolongada y a los crecientes episodios de calor extremo que son característicos del cambio climático.
Las condiciones extremadamente secas y las olas de calor vinculadas al cambio climático han hecho que los incendios forestales sean más difíciles de combatir. El cambio climático hizo que el oeste de Estados Unidos se volviera más cálido y seco en los últimos 30 años. Especialistas señalan que esta tendencia continuará haciendo que el clima sea más extremo y los incendios forestales más frecuentes y destructivos.
evr