Llegó a EU por el Río Bravo, hoy es intérprete de español en casos de migración

Johanna Valle llegó sin papeles a EU y tiempo después fue deportada. Hoy ocupa un asiento cerca del juez, donde interpreta español en apoyo a migrantes de habla hispana.

Johanna Valle es intérprete de español en cortes migratorias de EU. (AP)
Editorial Milenio
California, Estados Unidos /

Johanna Valle conoce bien el temor que se refleja en los rostros de los inmigrantes que acuden a las cortes de migración en Estados Unidos. Ella lo vivió en carne propia: cruzó el Río Bravo a bordo de un neumático y luego sufrió una deportación que la devolvió a su natal Nicaragua en 1997. Pero hoy ocupa un asiento cerca del juez.

Johanna es una intérprete de español enviada a las cortes migratorias para que los jueces puedan entender a los migrantes de habla hispana.

Sin embargo, antes de ser intérprete esta mujer de 50 años pasó más de dos décadas como inmigrante sin autorización para residir en el país, con miedo a trabajar o ser separada de sus hijos, nacidos en Estados Unidos.

"Yo les veo el miedo, yo les veo la necesidad de querer entender qué les está pasando, de entender lo que se les está diciendo, porque a veces se les ve en las caras que no entienden, aunque se lo estamos diciendo en español", dijo a The Associated Press. "Yo conozco esas caras porque yo la tenía antes".

Johanna salió de Nicaragua con su madre, una hermana y dos sobrinos en 1988, cuando el país vivía una guerra civil entre los contras y los sandinistas. Su madre había sido interrogada por las autoridades debido a que había sacado a un hijo del país para evitar que hiciera el servicio militar obligatorio.

Tras llegar a México, otro de los hermanos de Valle, que vivía en California, fue a recoger a la familia a la frontera con Estados Unidos en el Río Bravo, en Texas.

Los Valle cruzaron el río en neumáticos. Una vez en territorio estadounidense fueron detenidos por la patrulla fronteriza. Permanecieron detenidos unos días y luego iniciaron una nueva vida en California, donde Valle y su familia tenían que presentarse a las citas en la corte de migración.

Su madre logró obtener el asilo, pero la abogada de la familia le dijo a Johanna que ella probablemente no lo conseguiría: la persecución por parte de las autoridades nicaragüenses la había sufrido su madre, no ella. Así que justificar su asilo resultaba más difícil. Pasaron los años y Johanna hizo su vida en Estados Unidos y se casó.

En 1997 agentes migratorios fueron a buscarla al banco en el que trabajaba y la deportaron ese mismo día, dejando a su marido y dos niños de 3 y 6 años solos en California. Le tomó ocho meses poder regresar a Estados Unidos, esta vez en avión y con una visa de turista que logró desde El Salvador. Pero la visa expiró y más tarde se separó de su esposo.

Durante algún tiempo trabajó con la visa U para víctimas de violencia doméstica y se dedicó a limpiar casas. Empezó a estudiar en la universidad y logró graduarse en 2015, año en que comenzó a trabajar como intérprete. Dos años después, obtuvo su 'green card'.

Ahora vive en Atlanta y trabaja para una agencia de intérpretes que la envía a las cortes de migración. Ella no puede hablar con los inmigrantes fuera de la sala de la corte debido a normas de la agencia y judiciales.

Cuando se le pregunta qué les aconsejaría, Valle hace referencia a la lista de abogados gratuitos o con bajos honorarios que los tribunales entregan a los migrantes. Muchas familias dicen que ninguno les toma los casos.

"Yo les diría que tienen que seguir insistiendo. Pregunten en su comunidad. No dejen de preguntar, hay muchas ayudas. Encontrarán un lugar donde les van a escuchar".

evr

LAS MÁS VISTAS