El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nominó el pasado 25 de febrero a la jueza federal de apelaciones, Ketanji Brown Jackson, a la Corte Suprema, siendo el reemplazo de Stephen Breyer, uno de los tres jueces progresistas del Tribunal Supremo, donde los conservadores tienen mayoría, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana en el puesto.
Amable pero firme, la magistrada Brown Jackson ha afrontado esta semana el examen de su nominación a la Corte Suprema de Estados Unidos con la aguda conciencia de ser un "modelo" para los afroestadunidenses ante los senadores, que son quienes deben nombrarla de forma oficial.
¿Quién es Ketanji Brown Jackson? ¿Por qué Joe Biden la nominó? ¿Qué opinan los expertos y los republicanos de su posible nombramiento en la Corte Suprema de Estados Unidos?
La abogada de Harvard con una agenda progresista y contra el racismo
Ketanji Brown Jackson, nació el 14 de septiembre de 1970, en Washington D.C., sus padres fueron docentes que estudiaron en universidades exclusivas para afrodescendientes. La familia se mudó a Miami (Florida) para que su padre, un profesor de historia, pudiera asistir a la Facultad de Derecho de la Universidad de Miami como profesor.
Su padre finalmente se convertiría en el abogado principal de la Junta de Escuelas Públicas del Condado de Miami-Dade; mientras su madre se convirtió en la directora de la New World School of the Arts (Escuela de las Artes del Nuevo Mundo), ubicado dentro del mismo condado, esto le permitió estudiar en Harvard para desarrollarse, en particular, como abogada y luego como jueza federal.
Luego alternó las experiencias profesionales en el sector público y privado. Ejerció en bufetes de abogados pero también en la Comisión de Penas, una agencia independiente encargada de armonizar la política penal en Estados Unidos.
Es magistrada de la Corte de Apelaciones de la ciudad de Washington D.C., que se considera un trampolín para los aspirantes a integrar Corte Suprema. Justamente trabajó con quien cedió su lugar, el juez liberal Stephen Breyer —que fue nombrado en el gobierno de Bill Clinton—.
Consiguió el puesto con el respaldo de tres senadores republicanos. Es madre de dos hijas y está casada con un cirujano blanco, que es pariente política del ex presidente republicano de la Cámara de Representantes Paul Ryan, quien alaba su "inteligencia, personalidad e integridad".
Sin insistir en el color de su piel, la jurista rindió homenaje a todos los que la ayudaron a llegar a esta instancia, comenzando por sus padres, quienes, "para expresar su orgullo por su legado y su esperanza en el futuro, le dieron un nombre africano, Ketanji Onyika, que significa "la encantadora".
A diferencia de ellos, que "vivieron personalmente la segregación racial" y "tuvieron que enfrentarse a muchos obstáculos", Jackson remarcó su "suerte" de haber nacido tras las grandes luchas por los derechos civiles de los años 1960 que derribaron muchas leyes racistas.
Una nominación bajo la promesa de Biden
Biden cumple así una promesa de campaña de hacer el histórico nombramiento y diversificar más una corte que estuvo formada casi exclusivamente por hombres blancos durante casi dos siglos. Eligió a una abogada que sería la primera ex defensora pública en el máximo tribunal, aunque también con el historial de élite de otros jueces supremos.
"Es una de las mentes jurídicas más brillantes de nuestra nación y será una jueza excepcional", aseguró Biden en la Casa Blanca insistiendo en que era un momento "histórico".
“Si soy lo suficientemente afortunada de ser confirmada como la próxima jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, solamente puedo esperar que mi vida y mi carrera, mi amor por este país y por la Constitución, y mi dedicación a defender el imperio de la ley y los principios sagrados sobre los que fue fundada esta gran nación, inspiren a generaciones futuras de estadunidenses”, dijo Ketanji Brown Jackson.
Jackson sería la segunda juez de raza negra en la corte actual —el conservador Clarence Thomas es el otro— y apenas tercera en la historia. Además apenas la sexta mujer en servir en la corte y su confirmación significaría que por primera vez cuatro mujeres están juntas en el tribunal de nueve jueces. La corte actual tiene tres mujeres, una de las cuales es la primera hispana, la jueza Sonia Sotomayor.
Jackson se sumaría a una minoría liberal en una corte dominada por los conservadores que pondera retrotraer derechos de aborto y considerará el fin del uso de la raza en las matrículas universitarias y restringir gestiones de derecho al voto para incrementar la representación de las minorías.
Ahora, a las puertas de la Corte Suprema —y con su confirmación casi segura— espera que su carrera aumente la "confianza" de los afroestadunidenses en el sistema judicial. "La gente entenderá que los tribunales son como ellos, que los jueces somos como ellos", dijo.
Pero también será una de las pocas en tener una experiencia profesional en el sistema penal. La mayoría de los jueces de este nivel han destacado como fiscales pero ella defendió durante dos años a los acusados como abogada de oficio en Washington. Le "impactó" su desconocimiento de la ley y en cuanto fue jueza se esmeró en explicar sus decisiones a los condenados.
Y las consecuencias del sistema judicial las conoce de cerca: uno de sus tíos fue condenado a cadena perpetua en 1989 en virtud de una ley muy represiva que automáticamente imponía cadena perpetua tras tres delitos contra las leyes de estupefacientes.
Aunque no mantenía una relación estrecha con él, "esta experiencia familiar le hizo tomar conciencia del impacto de la ley en la vida de las personas", contó al The Washington Post un amigo suyo que pidió el anonimato.
En 2013 el presidente demócrata Barack Obama la nombró jueza federal en Washington. Durante ocho años tomó decenas de decisiones. Contradijo por ejemplo a Donald Trump, quien intentaba impedir que el Congreso convocara a uno de sus asesores, y escribió: "La principal enseñanza de 250 años de historia estadounidense es que los presidentes no son reyes".
Nada más llegar a la Casa Blanca, Joe Biden la nombró miembro de la influyente Corte Federal de Apelaciones de Washington, considerada un trampolín para la Corte Suprema.
La resistencia de su nominación en los republicanos
Aunque se graduó en la prestigiosa facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, paradójicamente esto le perjudica, dado que los republicanos consideran que en el tribunal hay demasiados jueces licenciados por universidades privadas como Harvard y Yale.
"La filial Yale-Harvard para la Corte Suprema sigue a tope", denunció el viernes el senador de Carolina del Sur, Lindsey Graham, dando a entender que esto crea élites desconectadas de la realidad. El presidente Biden cedió ante "la izquierda radical", lamentó.
Dijo que le preocupaba que varias "asociaciones izquierdistas" apoyen su candidatura y le preguntó si era "militante". "No", respondió ella, y recalcó que no permite que sus "puntos de vista personales y preferencias" influyan a la hora de tomar decisiones.
Esto ya auguró acalorados debates en el Senado, donde los demócratas cuentan con una mayoría mínima. El gobierno de Joe Biden quiere que la confirmación de Jackson tenga lugar antes de las elecciones de medio mandato de noviembre, en las que podría sufrir un revés.
Brown Jackson se defendió enérgicamente durante el martes de las acusaciones de laxismo con pedófilos e "izquierdista" que le fueron lanzadas por senadores republicanos durante el examen de su candidatura a la Suprema Corte.
El senador republicano Josh Hawley difundió en Twitter teorías falsas sobre un supuesto tratamiento favorable de Jackson a los acusados de pederastia o delitos sexuales, algo que la Casa Blanca ha tildado de "información errónea tóxica" y que ha sido desmentido por expertos legales.
Entre sus detractores más vigorosos, el senador de Texas, Ted Cruz, la acusó de haber "militado a favor de los depredadores sexuales" a lo largo de su carrera como juez federal y haber "pronunciado penas inferiores a las requeridas en 100 por ciento de los casos de pornografía infantil" que le fueron sometidos.
"Como madre estos asuntos me horrorizaron" y "aún me dan pesadillas a veces", replicó Jackson, dejando ver por primera vez su emoción. "Los traté siempre muy seriamente, como todos los otros crímenes que me fueron sometidos".
Josh Hawley volvió a la carga más tarde, al insistir ampliamente sobre su decisión de condenar a tres meses de prisión a un hombre arrestado con imágenes pornográficas en su posesión, mientras los fiscales reclamaban al menos dos años de cárcel.
"Si miraran más ampliamente los cientos de decisiones que tomé, y las de otros jueces (...), verían que tratamos de tomar en cuenta el conjunto de factores pertinentes para hacer justicia de manera individualizada", replicó la jueza.
En su defensa, varios representantes demócratas recordaron que a nivel nacional, 70 por ciento de las penas pronunciadas en los asuntos de pornografía infantil son inferiores a los estándares fijados por el Congreso.
Cruz también dio a entender que la jueza Jackson respaldaría la "teoría crítica de la raza". Para los conservadores, esta teoría que sería enseñada en la escuela obliga a los niños blancos a verse como opresores y a los negros como víctimas.
"Es una teoría académica que analiza el racismo a nivel institucional" y "entiendo que aún no se enseña más que en facultades de derecho", respondió la jurista. "Pero nunca la estudié ni usé en mi trabajo como jueza y no lo haré si soy confirmada a la Suprema Corte".
Otros congresistas republicanos le reprocharon haber defendido a detenidos de Guantánamo o a criminales cuando era abogada de oficio en Washington entre 2005 y 2007.
Ella por su parte recordó, con voz tranquila, que no elegía a sus clientes y "no aprobaba" sus acciones. Pero en Estados Unidos cualquier acusado tiene derecho a un abogado. E insistió: "Esto es lo que hace nuestra grandeza" y esta experiencia fue "beneficiosa" para su labor como jueza federal a partir de 2013.
En cuanto a la lucha contra la criminalidad, "como alguien que ha tenido familiares en la línea de fuego me preocupo profundamente por la seguridad pública", subrayó, recordando que su hermano y dos de sus tíos son o fueron policías.
El líder de la minoría republicana en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, anticipó que votará en contra de la nominación, asegurando varios motivos, como sentencias dictadas en el pasado por la jueza, sus dudas sobre su filosofía judicial y el hecho de que Jackson no haya revelado su opinión sobre una posible ampliación del Supremo, una iniciativa que proponen los demócratas.
El conservador alertó, además, de que la magistrada podría llevar a cabo lo que denominó "activismo judicial": "Es una receta para que los tribunales deambulen con la formulación de políticas y eviten un compromiso democrático saludable".
"Tras estudiar los registros de la nominada y ver su actuación esta semana, no puedo apoyar ni apoyaré a la jueza Jackson para una designación vitalicia en el Tribunal Supremo", dijo McConnell en una intervención en el hemiciclo.
El respaldo de demócratas, expertos... y la opinión pública
Sin embargo, encontró respaldo entre los demócratas dentro del Senado. "¿Cómo se atreven a decir que usted es negligente?", dijo luego el senador Cory Booker, señalando que la jueza Jackson tenía el respaldo de sindicatos policiales y ex fiscales, y que varios miembros de su familia sirvieron en las fuerzas del orden.
"Usted está aquí porque se lo merece" y "¡nadie me va a quitar la alegría!", prosiguió, en una intervención que arrancó lágrimas a la magistrada. "Usted es mucho más que su color o su sexo (...) pero si me disculpan, para mí es difícil verla y no ver a mi madre o a mis primas. Y hoy", continuó, "usted es mi estrella, es un mensaje de esperanza: ¡este país cada vez es mejor!".
El senador demócrata Dick Durbin, le recordó que esta es una "ocasión histórica".
"Ningún juez del Tribunal Supremo ha sido una mujer afroamericana. Usted, jueza Jackson, podría ser la primera. No es fácil ser la primera. A menudo una tiene que ser la mejor y, de alguna forma, la más valiente. Muchos no están preparados para enfrentarse a esa presión, a ese calvario a la vista de todos", reconoció Durbin. "Pero, su presencia aquí, su voluntad para atravesar con valentía este proceso, sirve de inspiración para miles de estadounidenses que se ven reflejados en usted".
Expertos legales elogiaron a la jueza Brown Jackson en su último día de audiencias en el Senado. Una importante asociación de abogados dijo que su revisión encontró que ella tiene una reputación “excelente” y está bien calificada para formar parte de la Corte Suprema.
El testimonio de la American Bar Association —el colegio de abogados del país— y colegas llegó después de dos días de interrogatorios en la Comisión Judicial del Senado.
“Sobresaliente, excelente, superior”, testificó Ann Claire Williams, presidenta del comité de la ABA que hace recomendaciones sobre los jueces federales. “Esos son los comentarios de prácticamente todos los que entrevistamos”. Ella dijo que el grupo habló con más de 250 jueces y abogados sobre Jackson.
Según una encuesta de Politico-Morning, el 47 por ciento de los estadunidenses quiere que sea confirmada en el cargo y solo el 19 por ciento se opone. Se espera que la comisión del Senado vote sobre la nominación de Jackson antes del 8 de abril. Los demócratas esperan confirmarla antes, cuando inicia un receso de dos semanas en el Congreso por la Pascua.
dmr