Certificado de vacunación, 'boleto' para ingresar a nueva normalidad en NY

En restaurantes, museos, salas de concierto, boliches, acuarios, discotecas, piscinas cerradas y gimnasios será necesario el certificado de vacunación contra covid-19 para ingresar.

En Nueva York, la vacuna es el "abrete sésamo" para volver a la vida normal. (AFP).
Agencia AFP
Estados Unidos. /

Ante un cine del barrio de Greenwich Village, Nueva York, Thisbe tiene su billete de entrada en la mano y su tarjeta de vacunación contra el covid-19 en la otra; desde el martes ese certificado es el "ábrete sésamo" para muchas actividades en un lugar donde la pandemia dejó su marca.

"Me siento más cómoda si todo el mundo está vacunado en el cine", explica esta estudiante de 17 años, quien espera a una amiga para ver Ema, el drama chileno de Pablo Larraín, luego agregó, "es tu decisión si no quieres vacunarte, pero es una elección egoísta", explica la joven que recibió su primera dosis en abril, en cuanto pudo para "proteger a su familia".

Restaurantes, museos, salas de concierto, boliches, acuarios, discotecas, piscinas cerradas y gimnasios... desde el martes es necesario mostrar un certificado de haber recibido al menos una dosis de vacuna anticovid, su foto o un pase digital en el teléfono para acceder a una larga lista de actividades en interiores.

De Broadway al Met Ópera, los sitios culturales más prestigiosos que reabrirán a partir de septiembre lo anuncian claramente: sin vacuna no hay acceso; mientras, en las ciudades de San Francisco y Nueva Orleáns tomaron medidas similares.


En Nueva York, los establecimientos tienen hasta el 13 de septiembre para adaptarse antes de los primeros controles, pero desde ahora se ven anunciadas las nuevas reglas en numerosos escaparates.

La gerente del café restaurante Reggio, Elena Batyuk, quiere evitar problemas durante ese tiempo. "Lo que quiero evitar es que clientes se enojen contra mi equipo o les griten", explica.

"Pedir sus datos médicos a la gente (…), decirles qué tienen que hacer no es lo mío", resopla, "pero si es lo que nos piden (…), todo el mundo será bienvenido aquí; sólo que algunos estarán en terraza", explica Elena.

En la ciudad de más de 8 millones de habitantes, cerca del 75 por ciento de adultos ha recibido al menos una dosis, según la alcaldía que trata de reactivar la vacunación prometiendo 100 dólares por cada primera dosis.


A unos cuantos kilómetros de Greenwich Village, en su pequeño bar en Brooklyn llamado Paul´s, Jillian Wowak apoya por completo la vacunación obligatoria, apurada por dejar atrás la pandemia.

"Los que no se hacen vacunar, de alguna manera siento que juegan con mi dinero", explica esta gerenta que pide a sus clientes estar inmunizados, "aquí no se puede mantener una máscara para comer o beber; si debo hacer espacio entre los clientes puedo acoger sólo cuatro personas", dice.

En toda la ciudad hay vitrinas vacías, a pesar de la reanudación de las actividades en la primavera; la mayoría de los turistas extranjeros aún no han vuelto y la emergencia de la contagiosa variante Delta hace temer un nuevo golpe.

"Fuimos los primeros y los más afectados (en la primavera de 2020)", recuerda Diane Gnagnarelli, profesora de teatro de 62 años, "aquí vivimos unos sobre otros, entonces con la variante Delta () estamos obligados a confiar en la ciencia", finaliza, convencida de que alguna forma de vacunación obligatoria terminará por imponerse.

KT

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