NY se prepara para fortalecer la supervisión de las escuelas judías ultraortodoxas

El estado de Nueva York aprobó una serie de normas que tienen como fin obligar a las escuelas privadas a demostrar que imparten contenidos básicos, una medida dirigida indirectamente contra las escuelas judías ultraortodoxas

Los judíos ultraortodoxos mandan a los niños a las yeshivás, las escuelas religiosas. (Reuters)
Editorial Milenio
Nueva York /

Nueva York está a punto de fortalecer su supervisión de las escuelas privadas y religiosas luego de años de quejas de que miles de niños se están graduando de escuelas judías ultraortodoxas que carecen de habilidades académicas básicas, incluida la capacidad de leer inglés.

Un comité de la Junta de Regentes aprobó por unanimidad las pautas el pasado 13 de septiembre para garantizar que la instrucción en las escuelas privadas y religiosas del estado sea equivalente a la de sus escuelas públicas.

Las reglas se aplicarían a todas las mil 800 escuelas privadas de Nueva York, pero tendrían un mayor impacto en las escuelas judías ultraortodoxas, llamadas Yeshivás, algunas de las cuales brindan instrucción religiosa rigurosa pero poca o ninguna enseñanza en materias seculares como inglés, matemáticas, ciencias y historia.

¿Qué es una yeshivá?

Son las escuelas de la comunidad judía ultra-ortodoxa, donde los varones son evocados a sus estudios evocados en la Torá y del Talmud, muchas de ellas dirigidas por un rabino.

Los defensores de las escuelas dicen que los padres tienen derecho a enviar a sus hijos a programas acordes con sus creencias y tradiciones. Cuando los regentes se reunieron el pasado 12 de septiembre, los manifestantes se reunieron afuera, algunos con carteles que decían: “Nos sentaremos en la cárcel en lugar de cambiar la educación de nuestros hijos”.

Muchas yeshivás en el estado de Nueva York son escuelas ortodoxas modernas que brindan un plan de estudios secular completo junto con estudios religiosos. Pero ha habido quejas de que algunas dirigidas por judíos jasídicos estrictamente ortodoxos que no cumplían con los estándares académicos básicos.

Las escuelas privadas hasídicas, que practican una estricta segregación de sexos y enseñan el inglés como materia secundaria, tienen una población escolar de unos 50 mil niños, esencialmente en el distrito de Brooklyn, donde la comunidad judía vive concentrada en varios enclaves.

Durante muchos años, estas escuelas han escapado al control público debido a las presiones de sus líderes religiosos sobre los políticos, ya que recomiendan votar en masa a aquellos candidatos que les garantizan no inmiscuirse en la gestión de sus centros, sean demócratas o republicanos.

Otras de las reglas que las escuelas públicas deben respetar tienen que ver con la práctica obligatoria de la gimnasia o la prohibición de castigos físicos, dos cuestiones a las que las yeshivás han conseguido habitualmente sustraerse, ya que los castigos físicos son relativamente frecuentes.

Una investigación del The New York Times citó casos de profesores de inglés que hablaban solo yiddish (judeo-alemán) a los estudiantes, profesores que usaban castigos corporales y graduados que dijeron que lamentablemente no estaban preparados para la vida o el empleo fuera de sus comunidades. Prácticamente todos los niños jasídicos que tomaron los exámenes estatales estandarizados de matemáticas y lectura en 2019 reprobaron, según el informe.

Está programada una votación final para el martes sobre las nuevas reglas de la Junta de Regentes que darían a las escuelas privadas múltiples vías para demostrar que cumplen con un mandato legal de larga data de brindar una educación que es “sustancialmente equivalente” a la de una escuela pública. Entre los criterios está que las materias de primaria se impartan en inglés.

“Obviamente, estamos tratando de cumplir con la ley, pero también de crear cierta flexibilidad en torno a eso”, dijo la comisionada de Educación del estado, Betty Rosa.

Los funcionarios estatales de educación han pasado años tratando de lograr un equilibrio. Un conjunto inicial de pautas publicadas en 2018 fue anulada por un juez estatal que dijo que no se implementaron correctamente. El departamento revisó alrededor de 350 mil comentarios públicos luego de la publicación de la última propuesta e hizo ajustes en respuesta, dijeron las autoridades.

“La regulación respeta que los padres tienen el derecho constitucional de enviar a sus hijos a una escuela independiente y que respetamos la cosmovisión de las escuelas y sus comunidades”, dijo la comisionada asistente Christina Coughlin.

El grupo Padres por la Libertad Educativa y Religiosa en las Escuelas, que representa a las yeshivás, dijo que las familias optan por pagar escuelas privadas o religiosas porque creen en su enfoque educativo. Incluso, en caso de agravarse la situación, el debate de la normativa del Estado de Nueva York podría llegar hasta la Corte Suprema de Estados Unidos, actualmente de corte conservador.

“Una lista de verificación del gobierno, ideada por abogados y aplicada por burócratas, obstaculiza la educación en lugar de promoverla”, dijo el grupo en un correo electrónico. “Los padres en Nueva York han estado eligiendo la educación de una yeshivá durante más de 120 años y están orgullosos de los resultados exitosos y continuarán haciendo lo mismo, con o sin la bendición o el apoyo de los líderes estatales en Albany”.

Según las reglas, una escuela puede demostrar equivalencia, por ejemplo, utilizando evaluaciones aprobadas por el estado u operando una escuela secundaria registrada por la Junta de Regentes. También puede ser revisado por el distrito escolar local. Los grupos que representan a las escuelas católicas romanas y cristianas dijeron que confían en que sus colegios cumplan con los estándares sustancialmente equivalentes.

Naftuli Moster, quien fundó un grupo para mejorar los estándares seculares en las yeshivás, dijo que le preocupaba que las escuelas usaran el tema de la sensibilidad cultural para explotar lagunas sin una guía más clara sobre cómo se harán cumplir las regulaciones, algo que se espera que el estado aborde en los próximos unos meses.

“Cómo lo enseñas o lo que incorporas a la enseñanza no es lo que importa”, dijo Moster por teléfono. “Es objetivo si enseñas ciencia. No hay ciencia judía. Es objetivo si enseñas o no estudios sociales”.

Las escuelas privadas que no alcancen el umbral tendrán tiempo para ajustar su instrucción, dijeron funcionarios estatales de educación.

Pero aquellos que se nieguen a cumplir podrían perder los fondos estatales y su posición como escuela ante el estado. Los padres que continúan enviando a sus hijos a una escuela de este tipo podrían encontrarse en violación de la ley de educación obligatoria del estado que exige que los niños entre las edades de seis y 16 años reciban un programa de instrucción, ya sea en una escuela pública o en otro lugar.

Daniel Morton Bentley, abogado del Departamento de Educación del estado, dijo que gran parte del rechazo público se ha centrado en la “oposición filosófica a la regulación estatal de las escuelas no públicas”, que según él es un requisito legal y no ha cambiado por la acción de los Regentes.

Se requerirá que los distritos escolares públicos completen las revisiones iniciales de las escuelas no públicas dentro de sus límites para fines del año escolar 2024-25.

dr

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