Springbreakers vacacionan en playas de Florida durante crisis de coronavirus

Los vacacionistas juveniles de Estados Unidos, que han abarrotados las playas de Miami durante la pandemia del coronavirus, aseguraron que "es demasiado, no debería ser para tanto".

La temporada de Sping Breakers en Miami. (AP)
AFP
Miami /

Los springbreakers atiborraron las playas, llenaron discotecas y sudaron juntos en bailes, ignorando durante días las recomendaciones de mantener distancia en los últimos días.

Una joven que declaró a la cadena CBS: “si tengo el corona, tengo el corona. Al final del día, no voy a dejar que me impida ir de fiesta".

Pero los miles de estudiantes estadunidenses que en esta época vacacionan en Miami Beach ya se enfrentaron la realidad: el coronavirus "no es divertido".

Ahora, mientras todo Estados Unidos cancela eventos y la gente es enviada a sus casas por el temor a la pandemia del nuevo coronavirus, las playas de Florida siguen repletas, en particular las de Miami Beach y a pesar de que un popular sector cierra al atardecer.

Temporada de Spring break

Normalmente, las vacaciones de primavera son la temporada alta de Miami Beach y algunas playas en México como Cancún y Acapulco. Una isla barrera frente a Miami con playas magníficas y repleta de restaurantes, discotecas y bares caracteriza a la emblemática playa de Florida.

Se viralizaron entonces fotos de miles de jóvenes tomando sol, o de reuniones en los bares y paseos marítimos, y siguió el estupor de los usuarios en las redes sociales.

Autoridades critican a springbreakers

El presidente Donald Trump regañó a los vacacionistas en una conferencia de prensa: "No queremos que se reúnan. Y veo que se están reuniendo, en las playas y en restaurantes".

En respuesta, el condado de Miami y la ciudad de Miami Beach están tomando medidas que intentan, no siempre con éxito, poner punto final a las vacaciones de primavera.

"Ustedes no son invencibles", rogó el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber, en declaraciones a periodistas el martes. "Tienen que pensar en la persona que está junto a ustedes y en aquellos que no conocen. No es divertido y tiene consecuencias devastadoras", insistió.

Miami ordenó entonces que, desde el martes a las 23:00 horas, los bares, clubes nocturnos y gimnasios cierren sus puertas hasta nuevo aviso y los restaurantes sólo vendan comida para llevar. También se prohibieron reuniones de más de 10 personas en parques y playas y prohibieron el uso de bicicletas y patinetas compartidas.

Hasta este miércoles, al menos en la playa de South Beach, nadie parecía haberse enterado.

Además, la coordinadora de la respuesta al coronavirus del Departamento de Estado, Deborah Birx, advirtió que "existen informes preocupantes de Francia e Italia sobre algunos jóvenes que se enferman muy gravemente en terapia intensiva", lo cual contradice los primeros datos según los cuales sólo los ancianos y las personas con problemas preexistentes de salud están en particular riesgo.

Miami empezó a tomar medidas para evitar la propagación del virus. (AP)

Personas buscan entender la pandemia

"Es demasiado, no debería ser para tanto. No le tengo miedo al 'corona', pero me parece que está dando muchos problemas porque están cerrando todo", dice Shelly Hill, una frustrada estudiante de 21 años. "Pero, al mismo tiempo, entiendo la necesidad de mantenerse a salvo y en cuarentena porque se está propagando muy rápido. Entonces no sé. Tengo muchos sentimientos encontrados".

Ella y otras cinco jóvenes están reunidas en una esquina. Estudian en Atlanta (Georgia) y acaban de decidir volver a casa en la noche. Entre el martes y el miércoles, algunos restaurantes en Miami decidieron cerrar del todo.

Si bien los mesoneros aún recibirán el pago de las horas que corresponden, muchos de ellos echarán de menos las propinas que necesitan en un país donde los meseros suelen dejar 20 por ciento.

Arquímedes Blandone está sentado en la calle, fumando un cigarro, frente a una pizzería sobre una de las calles más populosas de South Beach. Es el encargado del negocio. Desde este miércoles, no tiene mucho que hacer.

"Todo es muy serio. Hoy es nuestro peor día. No hay nadie", dice el hombre de 33 años. "Está todo muerto, totalmente muerto", musita, deprimido.

El negocio normalmente cierra a las 3 de la mañana, ofreciendo pizzas a los ebrios transeúntes que pululan en las calles de Miami Beach durante todo marzo. Pero ahora tendrán que cerrar a las 10 de la noche tras un día bajo en ventas.

​dmr

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