El gobernador de Georgia, en el sureste de Estados Unidos, es esta semana centro de críticas por su decisión de reabrir el viernes algunos sectores de la economía, que varios alcaldes, comerciantes e incluso el presidente Donald Trump consideran precipitada en medio de la pandemia del coronavirus.
Georgia fue uno de los últimos estados en imponer restricciones y ahora es el primero en levantarlas, lo que causó sorpresa entre los propios alcaldes.
El gobernador Brian Kemp, un férreo seguidor de Trump, había dicho el lunes que permitiría la apertura mañana de algunos negocios incapaces de sobrevivir al confinamiento de la población, como gimnasios, peluquerías, y salas de 'bowling', tatuajes y cosmetología, entre otros.
En tanto, cines, clubes sociales y restaurantes podrán abrir el lunes, respetando el distanciamiento social y con la recomendación de usar mascarillas.
El gobernador republicano citó "datos favorables" para justificar esta decisión "aprobada por autoridades sanitarias", mientras Georgia contaba unos 20 mil casos y más de 800 muertos por el virus, una cifra que se duplica cada 13 días, según estadísticas de The New York Times.
Kemp dijo que la apertura fue estudiada para proteger la salud y la economía al mismo tiempo. "Hemos sido quirúrgicos, directos y metódicos, poniendo siempre la salud y el bienestar de nuestros ciudadanos primero", afirmó.
Pero Trump dijo que está "en franco desacuerdo" con esa decisión, porque Georgia no cumple los requisitos delineados por la Casa Blanca en su plan de varias fases para reactivar la economía.
"Creo que es muy pronto", dijo el presidente. "Pueden esperar un poco más".
"Yo le aconsejaría que no lo haga", comentó de su lado Anthony Fauci, el epidemiólogo y principal asesor de la Casa Blanca en la crisis de covid-19.
Keisha Lance Bottoms, alcaldesa demócrata de Atlanta, la capital del estado, también criticó la medida y alertó que la tasa de muertes en Georgia va en aumento. "Espero que el gobernador esté en lo correcto y yo esté equivocada, porque si él está equivocado, morirá más gente", dijo al canal CBSN.
- Responsabilidad individual -
Para que se cumpla con el levantamiento de las limitaciones, Kemp prohibió a las ciudades y condados contrarrestar sus órdenes implementando restricciones a nivel local.
Algunos pequeños empresarios le dieron su apoyo, pero otros manifestaron estupor.
Kay Kendrick, presidenta de la Junta de Cosmetología y Barberos de Georgia, vio con buenos ojos la reapertura, ya que muchos de los 95.000 miembros que representa la organización "son contratistas independientes, sin otra fuente de ingresos", dijo en un comunicado.
En cambio, Diane Fall, dueña de una peluquería para hombres en Atlanta, lamentó la decisión. El gobernador "dice esto como si nos estuviera haciendo un favor, pero prefiero mantenerme con vida antes que abrir mi negocio", dijo a The Wall Street Journal.
José Cordero, jefe del departamento de epidemiología de la Universidad de Georgia, dijo a la AFP que el virus golpea Estados Unidos de forma irregular y que, mientras se tomen medidas de prevención, cada localidad debería poder tomar medidas según sus necesidades.
"El gobernador tomó una decisión y lo que hay que hacer es asegurarnos de que la gente entienda que las circunstancias no han cambiado en términos de distanciamiento social", señaló.
"El hecho de que los negocios estén abiertos no quiere decir que sea una suerte de pase libre para ir. Hay que actuar con responsabilidad individual".
La decisión de Kemp vino luego de que el presidente Trump manifestara su deseo de reabrir la economía y dijera la semana pasada que cada estado podrá determinarlo, siguiendo un plan por fases.
Al mismo tiempo, esta semana creció el movimiento contra las órdenes de confinamiento con protestas -alentadas por Trump- en estados como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, donde los manifestantes defendieron sus libertades económicas.
Estados Unidos es actualmente un damero, en el que los gobernadores demócratas prefieren mantener las restricciones hasta que la atención a los enfermos sea manejable, mientras los gobernadores republicanos presionan por levantarlas para aliviar el golpe a la economía.
Por ejemplo, Carolina del Sur y Florida, con gobernantes republicanos, han abierto algunas playas y están considerando reactivar su economía por etapas en los próximos días; y Carolina del Norte, cuyo administración local es demócrata, anunciará este jueves su plan de reapertura.