Las medidas de confinamiento para contener la pandemia de coronavirus son difíciles de soportar para algunos de los estadounidenses que se manifestaron esta semana en contra de las restricciones y en apoyo de Donald Trump, impaciente por reactivar la economía del país.
Varias decenas de opositores a las medidas de cuarentena se reunieron el jueves frente al Capitolio de Richmond, sede del gobierno del estado de Virginia. Protestaban contra la extensión hasta el 8 de mayo de un decreto de emergencia sanitaria que cerró muchos negocios y prohibió las reuniones de más de 10 personas con el fin de frenar la epidemia del nuevo coronavirus.
El día anterior, alrededor de 3 mil personas se manifestaron en automóvil en Lansing, la capital del estado de Michigan, desafiando el decreto de confinamiento emitido por la gobernadora Gretchen Whitmer. La iniciativa, organizada por una coalición de grupos conservadores llamados "Residentes de Michigan contra la cuarentena excesiva", causó un embotellamiento en el centro de la ciudad.
Cientos de personas se dieron cita delante del edificio del gobierno, mostrando carteles de "Fin al confinamiento", "Queremos trabajar" o "Vivir libres o morir". Grupos que portaban armas automáticas y chalecos antibalas se mezclaron con las familias que acudieron a protestar contra las medidas implementadas hasta el 30 de abril.
Criticaron en particular el cierre de negocios considerados "no esenciales", lo que sumió a los propietarios y empleados de estas tiendas en la crisis. Otros compararon a Whitmer con Adolf Hitler. Dos denuncias fueron presentadas ante la justicia por violación a la Constitución.
"Podemos enojarnos", dijo la gobernadora demócrata en CNN el jueves. "Si se sienten bien atacándome, está bien", afirmó dirigiéndose a los manifestantes. Señaló que entiende a aquellas personas que "se vuelven un poco locas por quedarse en casa" y que se preocupan "por su trabajo o por cómo pagar las cuentas. Lo desafortunado es que al estar fuera es más probable que propaguen el covid-19", que dejó mil 900 muertos en este estado industrial, uno de los balances de víctimas más altos del país, dijo.
La mayoría de los residentes de Michigan consideran, sin embargo, que Whitmer está gestionando bien la crisis. Otras manifestaciones para poner fin al confinamiento han tenido lugar en los últimos días en Carolina del Sur, Kentucky y Ohio. Iniciativas similares han sido convocadas para el sábado en Concord (New Hampshire) y Austin (Texas).
dmr