Los apodos con los que Donald Trump intenta ridiculizar a sus potenciales rivales, —Joe Biden, Elizabeth Warren y Bernie Sanders— son, por demás conocidos, como Joe el Dormilón, Pocahontas y El Loco Bernie.
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Pero un recién llegado, Pete Buttigieg, el único treintañero en la interna demócrata, por ahora se ha salvado de los ataques y el ingenio ácido del mandatario.
“A (Buttigieg) le está yendo muy bien esta noche. La está haciendo difícil de ganar para el Loco Bernie. ¡Muy interesante!”, escribió el martes, al cierre de las primarias de Nuevo Hampshire, en un tuit inusualmente mesurado.
Para el historiador Julian Zelizer, de la Universidad de Princeton, está claro que si el ex alcalde de South Bend sigue ascendiendo, será el blanco favorito de Trump.
Pero, ¿qué flanco elegirá el republicano para atacar a Buttigieg?
¿Su apellido, difícil de pronunciar? Trump ya jugó esta carta desde el podio en sus actos de campaña, fingiendo enredarse. Pero el joven político despejó la cancha con una jocosa explicación de cómo pronunciarlo: “Boot”, “edge”, “edge” (“bota”, “borde”, “borde”).
¿Su falta de experiencia? Buttigieg, con 38 años, jamás ha estado en el Congreso, y su experiencia como gobernante se reduce a la gestión, durante ocho años, de una ciudad de 100 mil habitantes, South Bend, en el estado de Indiana, donde nació.
Trump puede estar tentado a utilizar este argumento en contra del ex alcalde, tanto como lo han esgrimido los rivales de Buttigieg en la interna demócrata, pero deberá tener cuidado.
“Estoy listo para enfrentar a Donald Trump porque cuando llegue al discurso duro y se golpee el pecho, tendrá que pararse al lado de un veterano de guerra y explicar cómo fingió que una osteopatía le impedía alistarse en el ejército”, dijo en enero, en referencia a reportes sobre varios certificados para posponer su incorporación y evitar un reclutamiento que lo hubiese llevado a Vietnam. Buttigieg estuvo en Afganistán como soldado.
¿La religión? A principios de enero, Trump ironizó sobre la fe de Buttigieg “Ahora de pronto se ha vuelto extremadamente religioso, esto ocurrió hace unas dos semanas”.
La respuesta del demócrata fue mordaz: “Estoy bastante seguro de que he sido creyente más tiempo de lo que él ha sido republicano”.
¿Su homosexualidad? Frente al primer candidato abiertamente gay con una oportunidad seria de obtener la nominación de un gran partido, ¿qué tan lejos irá Trump?
“El asunto de su matrimonio gay seguro estará en el centro del debate”, dice Larry Sabato, profesor de ciencia política en la Universidad de Virginia. “Pero Trump puede dejar que los evangélicos hagan el trabajo sucio", agrega.
Por último, está la cuestión, central en la estrategia de Trump, de ponerle un apodo a sus oponentes, sean demócratas o republicanos.
“Tengo pequeños sobrenombres para cada uno de ellos”, dijo un entusiasmado Trump hace algunos días. Pero Buttigieg todavía no tiene el suyo.
En primavera de 2019, el presidente comparó al demócrata con Alfred E. Neuman, el personaje de orejas grandes y sonrisa exagerada de la revista satírica Mad.
Pero Trump erró en su intento: no todos comprendieron la alusión y el “Alcalde Pete” no dejó pasar la oportunidad.
“Seré honesto, tuve que googlear eso”, respondió de forma irónica Buttigieg. “Supongo que es una cuestión generacional. No entendí la referencia”.