Luego de dos sexenios sirviendo como ejecutivo en los cursos de autoayuda de Nxivm, Mark Vicente entendió por fin que algo en Keith Raniere no estaba bien y durante una caminata que compartieron en marzo de 2017 le dijo al líder del culto que "parecía un psicópata". En lugar de molestarse, Keith pareció emocionado y le devolvió: "Me imagino que podría serlo".
Ante la actitud dudosa de Mark, uno de los alfiles en su organización, Raniere remató amenazante: "No hay nada que puedas hacer para lastimarme", según la parte final del largo testimonio de Vicente que este miércoles cumplió su tercer día en la silla de los testigos.
Por la mañana, los miembros del jurado pudieron ver en los monitores que tiene frente a sí, algunas de las fotos de mujeres desnudas que, según Vicente, se les exigía como boleto de admisión a la sociedad secreta DOS, filial de la organización de empoderamiento ejecutivo Nxivm.
Mientras las mostraban, Mark Vicente relataba: “ahí podemos ver que la cámara está debajo de su entrepierna en primer plano y su cara en segundo”. Una de las víctimas que envió fotos se llamaba “Michelle” y la segunda era “Danielle”, aunque no se aclaró si se referían a Daniela, una de cuatro miembros de la familia Fernández que acudieron a Nueva York a los cursos, donde tres de ellas terminaron como esclavas sexuales de Raniere. Camila, la primera en hacerlo a los 15 años, y Mariana incluso fungió como la última esposa del falso gurú, con el que huyó a México tras el reportaje presentado en The New York Times.
El jurado pudo ver fotos con las supuestas marcas en la pelvis que se tatuaba a las mujeres, una K y una R inversa. Originalmente las “aspirantes” tenían que enviarlas al buzón de la actriz Allison Mack, quien ya se declaró culpable en abril pasado, y eran usadas por Raniere para obligarlas a tener relaciones sexuales.