La acción de votar a favor del juicio político contra Donald Trump por parte de algunos representantes republicanos, aunado a las opiniones de algunos senadores y líderes emblemáticos de ese mismo bloque han provocado que aquellos de sus fieles votantes están fomentando la idea de ya no seguir abalando las decisiones del partido, amagando incluso con abandonarlo y dejar de ver con respeto a las figuras que han atacado salido presidente.
Jim Thompson, de Dakota del Sur, es uno de esos republicanos que ya no están contentos con las últimas opiniones de integrantes de ese bloque, quienes han cuestionado el actuar de Donald Trump tras el caos generado en el Capitolio, donde murieron cinco personas, en las que desglosan dos policías y tres seguidores del ex mandatario.
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Thompson está listo para dejar el bloque con la esperanza de que un éxodo de partidarios de Donald Trump como él castigue al político preeminente del estado, el senador John Thune, por desafiar al ex presidente.
El ciudadano de Dakota del Sur es un locutor retirado y vio los llamados de Trump a sus simpatizantes a ir Washington para evitar que el Congreso certificara la victoria electoral de Joe Biden. Pero pese a la desatada violencia de esa jornada, él ve una agenda para desterrar al ex presidente de la política y devolver el partido a figuras del establishment como Thune, el segundo líder republicano en el Senado.
“Estábamos cansados de la forma en que iban las cosas, estábamos cansados de la politiquería y los discursos de siempre”, dijo Thompson.
Thune fue uno de los republicanos que condenó la insurrección en el Capitolio, calificándola de “horrorosa” y prometiendo “pedir cuentas a los responsables”. Pero como la mayoría de sus colegas republicanos, el senador dijo la semana pasada que no estaba hablando de Trump.
A excepción de cinco senadores republicanos, todos votaron en contra de llevar a cabo un juicio político al ex presidente. Si bien sus votos no fueron suficientes para detener el proceso, fue un marcado contraste con los pedidos anteriores de castigar a Trump. Es fácil encontrar la razón de su decisión en las pequeñas ciudades de Dakota del Sur, donde los votantes leales a Trump decidirán si envían a Thune de regreso al Senado el próximo año.
Si bien los líderes republicanos en Washington coquetearon con castigar a Trump, muchos de sus electores nunca lo soñaron. Creen las falsas afirmaciones de Trump de fraude electoral y que los atacantes del Capitolio fueron de izquierda.
También consideran que el intento de culpar a Trump por el suceso es simplemente otro ataque a una figura que los republicanos del establishment nunca aceptaron.
“Creo que todo el asunto del juicio político es una broma”, dijo David Buchanan, presidente de una pequeña escuela bíblica en Dakota del Sur, quien exhibe con orgullo una bandera de Trump sobre su casa. “Están tratando de destruir al presidente Trump. Lo ven como una amenaza”.
Buchanan se encuentra entre aquellos a quienes les gustaría escuchar a los republicanos emprender una defensa más sólida de Trump. En cambio, la mayoría de los legisladores ha argumentado que un juicio político es inconstitucional, no que el magante sea inocente de los disturbios.
OMZI