Con 14 años de litigio que llegó a su fin en el 2017, Rick Alan Ross se convirtió en el personaje que más tiempo ha denunciado la secta oculta bajo la fachada de la empresa Nxivm y el daño que ha hecho a las familias de quienes han elegido probar con la oferta de éxito ejecutivo.
Ross, un hombre delgado de 66 años, nacido en Ohio, se ha convertido en uno de los más serios especialistas en temas de cultos el cual lleva estudiándolos por décadas desde que su abuela fue maltratada en uno. Es reconocido por organizar intervenciones que buscan “desprogramar” a quien ha estado en un grupo con esas características durante muchos años.
Ross relató como comenzaron los problemas con Raniere cuando en el 2002 recibió material de Nxivm de Sthephanie Franco, alumna quien firmó un acuerdo de confidencialidad para no divulgar nade de lo ahí contenido. Ross entregó el material a dos expertos en salud mental, quienes lo analizaron y publicaron los hallazgos en rickross.com. Entre otras cosas, alertaban sobre el daño de la programación neurolinguística utilizados ahi.
Eso motivó a que Nxivm presentara una demanda por 10 millones de dólares contra Ross en un tribunal de distrito. Pero el testigo de hoy no se arredró, y ni siquiera un grupo de investigadores contratados por Nexium que lo acosaban en su residencia, se metían a sus cuentas bancarias e intervenían sus llamadas telefónicas, le hicieron cambiar de opinión.
Es misma firma de investigadores, Interfor Inc. organizó una reunión haciéndose pasar por abogados que representaban a una angustiada madre que quería rescatar a su hija de las garras de Nxivm, pero que en realidad era una actriz contratada por Raniere.
Rock Ross le ha pegado a Nxivm donde más le duele: denunciando de manera científica con análisis clínicos realizados por profesionales de la psiquiatría, los usos y costumbres utilizados por esa sociedad. Y demostró que es causa de separaciones familiares, quiebras emocionales y financieras, como le sucedió a los Fernández, que entraron unidos a los cursos y ahora son una familia disfuncional.
Desde un inicio Ross concluyó en sus artículos que la obsesión de Keith Raniere por ser llamado “vanguard” y de Nancy Salzman “Prefect” o la semana de las celebraciones del cumpleaños del falso gurú, no eran más que muestras de un exacerbado culto a la personalidad.
Con Rick Ross inició un modus operandi de la empresa de superación personal de intentar doblar a través de demandas a investigadores, periodistas o ex empleados. Estilo que se trasladó a su filial en México con las denuncias tramitadas por Alejandro Betancourt sobre quienes renunciaban o denunciaban las prácticas deNxivm.
Las preguntas de la fiscalía sobre Rick Ross, extrañamente sólo duraron 90 minutos. Tiempo que a la asistente del fiscal les pareció suficiente para que el testigo desplegara los años que la empresa de Raniere lo llenó de acusaciones.
De las que fue declarado inocente en todos los casos.
jamj