El estado de Virginia inició hoy sus elecciones para determinar a su próximo gobernador en una elección muy ajustada entre demócratas y republicanos, la cual se considera como una gran prueba para el proyecto político del presidente estadunidense Joe Biden y su sintonía con los intereses de la ciudadanía.
Indicador de la salud de los partidos para las elecciones de medio mandato del próximo año, la carrera entre el antiguo gobernador demócrata Terry McAuliffe y el magnate republicano Glenn Youngkin se estrechó en las últimas semanas.
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"El resultado de esta carrera dependerá de la participación", dijo McAuliffe en un correo de última hora a sus votantes ayer, donde sostuvo que "los republicanos están enfervorizados para escoger a su tipo y ahora, con Donald Trump animando a su base de extremistas de extrema derecha en la víspera de las elecciones, Glenn Youngkin sabe seguro que tendrá un fuerte resultado mañana".
Una victoria de McAuliffe reavivaría las aspiraciones de los demócratas en Washington de impulsar los paquetes de bienestar social e infraestructura, pilares de la estrategia de Biden para transformar la economía.
Por contra, los moderados del partido verían una derrota en Virginia como una advertencia del electorado para suavizar con el histórico plan de gasto del presidente de 3 billones de dólares.
En el bando republicano, una derrota de Youngkin podría hacer replantear la fidelidad hasta ahora indiscutible al expresidente Trump, que perdió Virginia por 10 puntos.
Resultados de elecciones en Virginia podrían tardar
En su intento para volver a la oficina que ocupaba hace cuatro años, McAuliffe debe imponerse a la habitual tendencia del partido presidencial de encajar derrotas durante el primer mandato.
Youngkin ha hecho un ejercicio de equilibrismo entre su lealtad al ex presidente y a sus falsas proclamas de fraude en las elecciones presidenciales, pero tratando de marcar distancia para centrarse en cuestiones de la "guerra cultural" como el aborto, los cubrebocas obligatorios o la enseñanza de la historia racial de Estados Unidos.
"Es un momento para que el pueblo de Virginia haga retroceder esta agenda izquierdista, liberal y progresista", dijo este antiguo banquero de inversión de 54 años en un mitin en la capital estatal Richmond el lunes.
Trump no ha aparecido personalmente en campaña, aunque el lunes lanzó un ataque incendiario contra McAuliffe.
En cambio, el demócrata se vio respaldado por figuras del partido como el presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden, o el ex mandatario Barack Obama.
El demócrata de 64 años disponía de un cojín de siete puntos que se ha ido estrechando y, según la web de análisis político FiveThirtyEight, ahora es Youngkin quien lidera por un punto.
Si los sondeos son acertados, los expertos creen que puede llevar días proclamar un ganador.
En campaña, McAuliffe recordó su experiencia en el cargo y la creación de empleo que impulsó tras la crisis financiera de 2008, y trató de convertir la elección en un referendo contra Trump.
En un acto con el candidato la semana pasada, el presidente Biden describió a Youngkin como "un acólito de Donald Trump" y advirtió que el extremismo "puede presentarse con una sonrisa".