La policía de Nueva York rescindió el contrato con la empresa Boston Dynamics, que fabrica los perros robots, conocidos también como Robodog, un controvertido dispositivo cuyo empleo preocupó a parte de la población y generó dudas tanto por sus niveles de operatividad como el millonario costo que generaba su compra.
El jefe de inteligencia y contraterrorismo de la policía de Nueva York, John Miller, dijo a The New York Times que el perro sería devuelto a Boston Dynamics y que la decisión estaba relacionada con que el dispositivo puede convertirse en un "objetivo" para sus críticos.
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Inicialmente, el contrato con la empresa de tecnología debía finalizar en agosto. La policía había adquirido, en alquiler, un ejemplar del robot el año pasado.
"Este perro salvará vidas, protegerá a las personas y a los agentes, y ese es nuestro objetivo", dijo en diciembre el jefe de asistencia técnica para intervenciones de campo, Frank Digiacomo, a cadena local del canal ABC.
Estos robots, cuyo modelo estándar Boston Dynamics bautizó como Spot, son capaces de navegar por terrenos accidentados, evitar obstáculos, filmar y recopilar información sobre su entorno.
También pueden equiparse con un brazo móvil, aunque ese no era el caso del ejemplar de la policía de Nueva York.
En febrero, durante una intervención policial, el perro mecánico fue enviado a explorar un edificio de viviendas públicas en el barrios del Bronx después de recibir una llamada que indicaba que un ladrón se había atrincherado en un apartamento, aunque nada fue encontrado en el lugar.
La polémica por el 'robodog' en Nueva York
Las imágenes del operativo en Nueva York causaron revuelo y preocupación de que el robot pudiera presentarse como una potencial herramienta de vigilancia.
El cuadrúpedo, que Boston Dynamics ofrece por 74 mil 500 dólares (caso un millón 500 mil de pesos), fue visto nuevamente a mediados de abril en Manhattan durante una toma de rehenes en la cual no fue utilizado.
Videos del perro mecánico paseando por la acera han vuelto a encender las redes sociales.
Algunos lo percibieron como una ilustración de los métodos considerados agresivos de la policía de Nueva York, especialmente en relación con las minorías.
John Miller dijo al The New York Times que estas críticas eran injustificadas, pero "la gente encontró la manera de convertir (al robot) en un objeto maligno".