Manifestantes salieron a las calles para protestar por el resultado de las elecciones en Bolivia. Los manifestantes acusan a Evo Morales de haber montado un fraude para ganar la presidencia.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) finalizó el cómputo de votos y con el 99,99 por ciento de las actas escrutadas, y adjudicó una clara ventaja a Morales de 46,6 por ciento sobre su principal rival, el expresidente Carlos Mesa, quien obtuvo 36,8 por ciento, lo que marca una victoria del mandatario en primera vuelta.
En cuatro mesas de las 33 mil 044 que se instalaron en todo el país, se repetirá la votación el domingo 3 de noviembre, lo que demorará que el órgano electoral proclame al ganador. Mientras, las protestas antigubernamentales se registran en varias ciudades.
Mesa acusa a Morales de llevar adelante un "golpe de Estado" con “un monumental fraude”. Morales, por su parte, dice que Mesa gesta un golpe en su contra con apoyo internacional para desconocer su victoria.
También crece la presión internacional. La Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea, Estados Unidos, Argentina y Colombia han pedido una segunda vuelta para restituir la credibilidad en el proceso electoral. Un supuesto cambio en la proyección del voto entre el domingo y el lunes, tras un inexplicable corte por 24 horas en la transmisión de los conteos, alimentó las sospechas de fraude.
Durante la campaña, el TSE fue señalado por la oposición de favorecer al gobierno. Sus siete jueces fueron elegidos por la Asamblea Legislativa dominada por el oficialismo.
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En La Paz, una marcha llegó hasta las puertas del TSE para protestar por el supuesto fraude. Cientos de los manifestantes eran de El Alto, ciudad vecina de La Paz y bastión de Morales. El viernes había bloqueos callejeros en barrios de clase media.
Desde el lunes, jóvenes universitarios protestan frente al TSE e intercambian amenazas con la policía, que no ha reportado heridos graves.
Una alianza opositora encabezada por Mesa desconoció los resultados y llamó a protestas pacíficas.
Santa Cruz, bastión opositor en el oriente, vive el tercer día de una huelga en reclamo de respeto al voto. La ciudad está semi paralizada, con escaso transporte, marchas callejeras y conflictos esporádicos entre simpatizantes de Morales y opositores. La policía reportó la detención de 20 personas.
Menos numerosas, las marchas de apoyo al gobierno y en defensa de la victoria de Morales se hicieron presentes. El gobernante llamó a sus bases a defender su voto.
El mandatario, que lleva casi 14 años en el poder, garantizó estabilidad económica y política con baja inflación y tasas de crecimiento por encima del 4% anual, pero escándalos de corrupción y su afán de reelegirse a pesar de un referendo que le negó esta opción, disminuyeron su credibilidad y popularidad.
LP