En las películas de Hollywood, los sospechosos comunes de planear o haber cometido algún ataque mortal en Estados Unidos solían ser extremistas islámicos, radicales de izquierda, anarquistas o revolucionarios negros. Ya no es así.
De 2013 a 2022, de un total de 335 muertes por atentados ideológicos, sólo la cuarta parte es atribuida a esos grupos, que en las décadas anteriores fueron los principales responsables.
Los nuevos protagonistas, con un predominio casi completo, provienen de la extrema derecha: son principalmente supremacistas blancos, más pequeñas participaciones de militantes anti-gobierno, sujetos con masculinidad tóxica y activistas contra el aborto: ellos han cometido el 75 por ciento de estas agresiones; según un informe de la Liga AntiDifamación, una organización centenaria con sede en Nueva York y oficinas en todo el país.
Esta tendencia, además, se agudiza: en 2022, todos los asesinatos por motivos ideológicos fueron perpetrados por ultraderechistas.
- Te recomendamos Casa Blanca defiende el manejo de documentos confidenciales por parte de Biden Internacional
Blancos se aceleran
De los años 70 al fin del siglo pasado, las matanzas ideológicas fueron relativamente poco comunes, asienta el reporte “Asesinatos y extremismo en los Estados Unidos en 2022”, que indica un cambio de tendencia: “Sin embargo, en los últimos 12 años, el número se ha incrementado en gran medida”. De 46 incidentes de este tipo en el último medio siglo, 20 tuvieron lugar en los 42 años de 1970 a 2012, y 26 de 2013 hacia acá.
Este crecimiento es desigual. Si entre 2015 y 2019, este tipo de crímenes causaron fatalidades en un rango de 47 a 78 por año, en el último trienio el número descendió a 22 en 2020; 33 en 2021; y 25 en 2022.
Lo preocupante es que “los tiroteos son inspirados por propaganda supremacista blanca de tipo ‘aceleracionista’, que llama a cometer tales ataques”.
Plagas de subhumanos
Grupos izquierdistas radicales se han involucrado en actos de violencia que van de agresiones físicas hasta incendios provocados, pero desde fines de los años 80 ha sido raro que traten de matar personas, anota el documento.
El extremismo islámico, en cambio, sostiene en el mundo campañas fatales contra los que considera objetivos enemigos o en las que las víctimas inocentes son asumidas como daños colaterales aceptables, pero sus actividades en Estados Unidos han decaído en los últimos años.
Mientras tanto, los supremacistas blancos están actuando bajo un concepto llamado “aceleracionismo” que, explica el informe, promueve “el uso de la violencia extrema para destruir las estructuras societales, de manera que un Estado étnico blanco pueda ser construido a partir de sus cenizas”.
Anderson Lee Aldrich, quien asesinó a cinco personas e hirió de bala a otras 17 en un bar gay de Colorado Springs, en noviembre de 2022, se inspiró en un video de 6 minutos en el que aparece el supremacista británico Daniel Harris, de 19 años (sentenciado en su país a 11 años de prisión por promover el terrorismo). Ahí explica que “cualquier cosa que no sea la erradicación masiva es una pérdida de tiempo”; que las personas erradicadas deberían ser todas las no blancas, incluidas judías y latinas de piel clara, además de la comunidad LGBT+ y las abortistas; y aunque reconoce que hay objetivos duros y suaves, considera que “todos los objetivos son buenos objetivos”, ya que las “plagas de subhumanos no se van a eliminar a sí mismas”.
Por su parte, Payton Gendron, el joven de 18 años que mató a 10 personas e hirió a tres más en Buffalo, en mayo de 2022, sostuvo el argumento de que está en marcha un “gran reemplazo” por el que las poblaciones blancas están siendo sustituidas por morenas y negras, y urge que se defiendan. En un manifiesto, expresó su deseo de “concientizar” y “motivar más ataques que desaten la guerra que salvará al mundo occidental y a la raza blanca”.
Era de matanzas ideológicas
De los ataques ideológicos cometidos en 2022, todos por extremistas de derecha, los supremacistas blancos fueron responsables del 84 por ciento.
Luego vienen otros radicales, como los que piensan que el gobierno es su enemigo; los fanáticos de las teorías de la conspiración de canales de internet, como QAnon; los que sufren una masculinidad tóxica; y otros ultras como Benjamin Jeffrey Smith, que en febrero disparó contra un grupo de manifestantes en Portland, Oregon, matando a uno e hiriendo a cinco, simplemente porque, según declaró, odia a los izquierdistas y a los “comunistas” porque “no son seres humanos”, y cree que “la violencia extrema es la única forma de ganar una guerra civil, y estamos en guerra civil”.
“No es exagerado afirmar que vivimos en una era de matanzas extremistas”, concluye el informe.
FR