"Por el momento, nada indica un móvil racista" en el tiroteo que dejó nueve muertos en la madrugada del domingo en Dayton, Ohio, informó el jefe de la policía de la local Richard Biehl.
Los investigadores no excluyen ninguna hipótesis ya que aún están en la fase preliminar de la investigación, añadió Biehl.
El atacante identificado como Connor Betts, de 24 años, mató a nueve personas, seis afroestadunidenses y tres blancos, entre ellos su propia hermana.
El tiroteo ocurrió en un animado barrio de la ciudad, antes de que el presunto agresor cayera abatido por policías que patrullaban en la zona.
Según Biehl, los cargadores encontrados cerca del tirador o en su mochila sugieren que podría haber tirado "hasta 250 balas", si la policía no lo hubiera abatido en menos de un minuto.
El policía señaló que tener un arsenal de ese tipo en un ámbito civil, sin regulación, es "fundamentalmente problemático".
Precisó que entre los cerca de 30 heridos, 14 habían sido alcanzados por las balas. Uno de ellos es un amigo de la hermana del tirador, que recibió un "balazo en el torso", según Biehl.
Los tres jóvenes habrían llegado juntos al histórico barrio de Oregon, donde se encuentran numerosos bares, restaurantes y discotecas. Pero el tirador se habría separado de los otros dos.
dmr