El líder opositor ruso, Alexei Navalny, salió del coma artificial y prosigue con su recuperación en un hospital La Charité de Berlín, Alemania, tras haber sido envenenado hace casi tres semanas, pero que sigue generando tensiones diplomáticas entre ambos países.
La bestia negra de las autoridades rusas, de 44 años, "reacciona cuando se le habla" y va a dejar de usar el respirador "por etapas", dijo el lunes el hospital de La Charité, uno de los más reputados de Europa, donde está ingresado desde el 22 de agosto. Tras someterlo a análisis por un laboratorio militar alemán, el gobierno alemán aseguró que Navalny había sido envenenado con un agente neurotóxico de tipo Novichok el 20 de agosto en Siberia.
Sus médicos no excluyen que le queden secuelas por este "pesado envenenamiento", que tanto para Alemania como para otros países occidentales lleva la impronta de las autoridades rusas, a las que han pedido dar explicaciones.
Un gasoducto, lo está en juego por el caso Navalny
Ante esta situación, se habla de sanciones e, incluso, de interrumpir la construcción de gasoducto Nord Stream 2, para transportar gas directamente desde Rusia hasta Europa, que está casi terminado y en cierta manera es una especie de monumento a los tiempos en que las relaciones entre Alemania y Rusia eran distintas a las de ahora.
Según el gobierno alemán, Navalny fue de manera "inequívoca" envenenado en Rusia durante una gira electoral, una sustancia desarrollada en la época soviética con fines militares. Sin embargo, el Kremlin denunció este lunes los "absurdos" intentos de acusar a Rusia del envenenamiento.
"Todos los intentos de asociar a Rusia de alguna manera con lo sucedido son inaceptables para nosotros, son absurdos", dijo el vocero del gobierno ruso, Dmitri Peskov.
La estrecha cooperación con Rusia en materia energética es una herencia de la era del canciller Gerhard Schröder, que gobernó Alemania entre 1998 y 2005. La amistad entre Schröder y el presidente ruso, Vladímir Putin, ayudó a esa cooperación.
Después de ser derrotado por Angela Merkel y dejar la cancillería, Schröder pasó a trabajar como asesor del proyecto del primer gasoducto, el Nord Stream 1, lo que le valió duras críticas, pues daba la impresión de que se había involucrado y esforzado en la cooperación energética también pensando en sus intereses privados.
Merkel, tras su llegada a la Cancillería, continuó con el proyecto de cooperación energética, pese a que en otros campos procuró marcar distancias con Putin desde un comienzo, incluso antes de las crisis de Siria y Ucrania que enturbiaron las relaciones de Rusia con la Unión Europea y la OTAN.
Sin embargo, a pesar del deterioro de las relaciones que se venía observando desde hace bastante y pese a críticas y presiones procedentes de Estados Unidos, la realización del gasoducto parecía hasta hace poco algo fuera de duda.
Ni siquiera un asesinato perpetrado en pleno centro de Berlín contra un antiguo combatiente en la guerra de Chechenia y detrás del cual la Fiscalía considera que está el Estado ruso había hecho cuestionarse el proyecto.
En este contexto, se multiplican los llamados en Occidente para sancionar a Rusia y no se excluyen consecuencias para el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 si Moscú no da las respuestas esperadas.
Los rusos aseguran que el gasoducto no está amenazado. "Vemos un gran potencial para el gas natural. Este proyecto se llevará a cabo. Hay algunas dificultades pero pese a ello, continúa", dijo el ministro ruso de Energía, Alexander Novak, citado por las agencias rusas.
Interrogado este lunes sobre si la canciller Angela Merkel buscaría no incluir al gasoducto Nord Stream 2 en caso de sanciones contra Moscú por este asunto, el portavoz de la líder alemana, Steffen Seibert, respondió en una rueda de prensa cotidiana: "la canciller considera que sería un error excluirlo desde el principio".
Con el objetivo de abastecer a Alemania y Europa con gas ruso, este proyecto clave con Rusia hasta ahora le ha costado muy caro a Berlín, a causa de los grandes intereses económicos y energéticos en juego: participan alrededor de un centenar de empresas europeas, la mitad de ellas alemanas.
El lunes, el presidente estadunidense Donald Trump reiteró en una conferencia de prensa que está "a favor" del abandono, aunque él desconoce que haya pruebas del envenenamiento de Navalny.
Alemania, dijo, debe "absolutamente" abandonar el proyecto si "siente que algo no va bien", aunque emitió sus dudas de que lo pueda hacer porque está en una posición muy debilitada en este momento en materia de energía".
Por su parte, Rusia ha fustigado a Berlín "por retrasar el proceso de investigación que solicita", al no transmitir los elementos del expediente a las autoridades rusas. Según Peskov, Moscú aún no los ha recibido, pero espera que Alemania le brinde toda la información necesaria a Rusia "en los próximos días". "Lo esperamos con impaciencia", añadió.
La suma de Reino Unido a la querella del caso Navalny
El embajador de Rusia en Reino Unido fue convocado el lunes al ministerio británico de Relaciones Exteriores para explicar este envenenamiento, anunció el jefe de la diplomacia Dominic Raab, quien se dijo "aliviado" por que Navalny haya recuperado el conocimiento.
Ese mismo agente neurotóxico había sido utilizado en 2018 en suelo británico para envenenar al ex espía ruso Serguéi Skripal, que cambió de bando y reside en Inglaterra, y a su hija Yulia. Según las autoridades británicas, el GRU, la inteligencia militar rusa, es el principal sospechoso. Este caso ya había dado lugar a sanciones en contra de Rusia, que también había negado cualquier participación.
Navalni, destacado por sus investigaciones anticorrupción que involucra a la élite política rusa, cayó enfermo el 20 de agosto y fue hospitalizado de urgencia en Omsk, en Siberia, para después ser evacuado a Berlín tras una lucha a brazo partido entre su entorno y los médicos rusos.
dmr