Británicos se alistan para la recta final del divorcio

Adiós a la Unión Europea

Brexit. Tres años y medio después del referendo que decidió su salida de la comunidad, y tras grandes debates, este viernes el país oficializará la separación

El nuevo primer ministro negoció duramente con la UE y los diputados británicos. (AP/Archivo)
Agencia AFP y Anna Cuenca
Londres /

A menos de una semana de la fecha histórica, Reino Unido ultima los preparativos para el brexit, una cuestión que dividió al país durante años y que el primer ministro, Boris Johnson, espera dejar atrás para concentrarse en el futuro.

“A veces parecía que nunca cruzaríamos la línea de meta del brexit, pero lo hemos hecho”, dijo triunfante cuando, a mediados de semana, se aprobó la ley que traduce el acuerdo de divorcio a la legislación británica, ratificando de facto el Tratado de Retirada negociado con Bruselas.

Todo debe estar listo para que el 31 de enero, a las 23:00 locales, el país ponga fin a 47 años de complicada relación con la Unión Europea (UE) y esta pierda por primera un miembro y gane un potencial competidor comercial y financiero a sus puertas.

Decidida por 52 por ciento de votos en el referendo en 2016, cuyo resultado conmocionó dentro y fuera del país, la salida británica de la UE estaba inicialmente prevista el 29 de marzo de 2019.

Pero la pugna en el Parlamento entre partidarios y detractores del brexit, a la izquierda como a la derecha del espectro político, llevó a más de tres años de ásperos debates y bloqueo mientras unos intentaban dar marcha atrás y otros, empujaban a una ruptura brutal.

La anterior primera ministra, Theresa May, se dejó la piel primero negociando un complicado acuerdo con Bruselas y luego buscando una imposible adopción por sus diputados que la acabó llevando a dimitir en julio.

Entró entonces en escena Johnson, carismático y controvertido ex canciller y ex alcalde de Londres, que cumpliendo su promesa de llevar a cabo el brexit “a toda costa” se apunta ahora una enorme victoria personal.

El nuevo primer ministro negoció duramente con la UE y los diputados británicos. Y cuando no pudo lograr el brexit en la fecha prevista tras dos aplazamientos, convocó unas elecciones en que arrasó prometiendo acabar con la incertidumbre y llevar adelante a un país unido.

“Ahora podemos dejar atrás el rencor y la división de los últimos tres años y centrarnos en ofrecer un futuro brillante y emocionante, con mejores hospitales y escuelas, calles más seguras y oportunidades extendidas a todos los rincones de nuestro país”, aseguró.

Los festejos de Boris

Tras la promulgación oficial de la ley por la reina Isabel II, la firma del tratado por Johnson y los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Consejo Europeo, Charles Michel, el Parlamento Europeo tiene previsto ratificarlo este miércoles.

El 1 de febrero, el Reino Unido estará fuera del bloque y aunque nada cambiará realmente hasta al fin del periodo de transición, el 31 de diciembre, muchos se preparan para festejar, o lamentar según los casos, este momento.

Johnson celebrará el viernes una “reunión especial del consejo de ministros” fuera de Londres, en algún lugar del mayoritariamente pro brexit norte de Inglaterra.

Por la noche, el premier pronunciará un “discurso especial” a la nación.

Y su residencia oficial de Downing Street se engalanará con un espectáculo de luces que incluirá un reloj en cuenta atrás proyectado sobre su célebre fachada de ladrillo negro.

Los acérrimos defensores del brexit querían oír sonar la campana del Big Ben, pero el reloj está prácticamente en silencio desde 2017 por una gran restauración y ante el costo desorbitado, medio millón de libras, de ponerlo puntualmente en funcionamiento, se abandonó la idea pese a que una colecta reunió 150 mil libras en pocas horas.

Sin embargo, se está organizando una gran concentración en la plaza del Parlamento a la que algunos propusieron llevar sus propias campanas y donde, junto a los defensores del brexit, sus detractores ondearán banderas de la UE haciendo patente que el país sigue dividido.

Especialmente Escocia, nación semiautónoma de 5.4 millones de habitantes con una población muy mayoritariamente proeuropea, vivirá mal el momento: en un intento de permanecer en la UE, la ministra principal, la nacionalista Nicola Sturgeon, pidió autorización para celebrar otro referendo de independencia, tras el perdido en 2014, pero Johnson se la denegó.

A partir de febrero, el primer ministro tendrá por delante la difícil tarea de negociar sendos acuerdos comerciales con la propia UE y Estados Unidos, su gran baza para reemplazar a su principal socio comercial.

“Tenemos duras conversaciones por delante y cada lado hará lo que sea mejor para él”, afirmó Von der Leyen, advirtiendo que la negociación relámpago deseada por Johnson conducirá a un acuerdo incompleto y puede dejar a Londres sin acceso al mercado único europeo.

Para Washington, por su parte, alcanzar un acuerdo comercial con Reino Unido “es una prioridad absoluta” que espera “completar este año”, aseguró el jueves el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. Pero esa negociación tampoco se anuncia fácil.

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