En el otoño de 1922, Benito Mussolini, el ambicioso y carismático fundador del Partido Fascista, se convirtió en el primer ministro más joven de Italia y tomó el poder en una marcha sobre Roma que marcó el comienzo de un período oscuro de gobierno totalitario y un término que quedaría para referirse a la gente afín a la ultraderecha.
Un siglo después, parece que Italia tendrá a su primer líder de extrema derecha desde que el cuerpo de Mussolini fue colgado para que todos lo vieran al final de la Segunda Guerra Mundial. Giorgia Meloni podría convertirse en la primera mujer que llega a ser jefa de gobierno en Italia, pero la presidenta del partido de extrema derecha Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia), batalla contra la "demonización" de su movimiento posfascista.
¿Quién es la líder de los Hermanos de Italia? ¿Por qué la acusan de ser allegada al fascismo de Mussolini? ¿Cómo su victoria en podría representar un paradigma para la Unión Europea?
Meloni, la graduada de bachillerato que ha dedicado toda su vida en la política
Giorgia Meloni (15 de enero de 1977) es hija de un asesor fiscal que dejó su familia para mudarse a las Islas Canarias, en España. Desde su juventud estuvo en asociaciones estudiantiles clasificadas de extrema derecha, mientras trabajaba como niñera y camarera. Muy celosa de su vida privada, es madre de una hija nacida en 2006 y convive sin casarse con el padre de la niña, un periodista de la televisión.
A los 15 años inició su carrera política en 1992 al unirse al Frente de la Juventud, la organización juvenil del Movimiento Social Italiano (MSI), partido neofascista fundado por los seguidores de Mussolini. Meloni no cuenta con estudios universitarios, sólo logró terminar el bachillerato en el Instituto Américo Vespucio de Roma, una escuela secundaria técnica especializada en la industria turística.
En sus inicio estuvo activa en protestas contra el entonces gobierno del partido Demócrata Cristiano —el partido hegemónico de Italia, que terminaría siendo disuelto por el trama de corrupción "Manos Limpias" (Mani pulite)—, pero cuando también fue disuelto Movimiento Social Italiano por el mismo escándalo de corrupción, se convirtió en la dirigente nacional juvenil del partido sucesor neofascista Alianza Nacional, fundado por dirigentes del MSI.
En 1996, se convirtió en líder del sindicato Acción Estudiantil (Azione Studentesca), cuyo emblema era la Cruz Celta, y para 1998, tras ganar las primarias de la Alianza Nacional por el XI Municipio de Roma, fue elegida concejala de la Provincia de Roma, permaneciendo en el cargo hasta 2002. No sin antes, en el 2000, fue elegida directora nacional Acción Joven, el ala juvenil del partido, y en 2004 se convirtió en en su presidenta.
Su gran salto a la política sería en 2006, a sus 29 años, al ser electa como diputada por la región de Lazio, convirtiéndose en la parlamentaria más joven de la XV Legislatura de Italia. Incluso, fue una de las vicepresidentas de la Cámara de Diputados. También, en ese año, obtuvo la tarjeta de periodista.
Sólo dos años mas tarde, el entonces primer ministro conservador y magnate de los medios, Silvio Berlusconi, la nombró Ministra de la Juventud, cargo que ostentó por tres años, hasta 2011, cuando estalla la crisis financiera en el país y fue obligada a dimitir, siendo una de las ministras más jóvenes en la historia de Italia moderna.
Durante su periodo como ministra, presentó un paquete de 300 millones de euros llamado Derecho al Futuro, con el objetivo invertir en los jóvenes y contenía cinco iniciativas, entre ellas incentivos para nuevos emprendedores, bonos a favor de los trabajadores temporales y préstamos para estudiantes meritorios. Al mismo tiempo, su partido Alianza Nacional se terminó fusionando con Forza Italia, el partido de Berlusconi.
La ideología de Giorgia Meloni
Durante toda su carrera política, ha tenido posturas sobre diversos temas tanto a nivel Italia como en posición europea. Meloni está totalmente en contra del aborto, el matrimonio LGBT+, la ideología de género, la eutanasia, completamente antimigrante (al grado de construir muros fronterizos, prohibir el islam y retener todos los barcos de migrantes) y desaprueba la legalización de las drogas; defiende la castración química y la cadena perpetua para violadores y pedófilos, la legítima defensa y una mayor independencia de Italia ante las decisiones de la Unión Europea.
Meloni terminó afiliándose al partido Pueblo de la Libertad en 2009 —también de corte conservador— en 2009 tras la fusión de Alianza Nacional, manteniéndose como líder juvenil. Tres años más tarde, anunció su candidatura para disputar la dirección del partido frente a quien sería el ministro de Exteriores, Angelino Alfano, y generar una oposición contra el gobierno del primer ministro Mario Monti.
Pero en noviembre de 2012, Ignazio La Russa y Maurizio Gasparri, líderes de la Derecha Protagonista, una facción dentro del Pueblo de la Libertad (PdL), anunciaron su apoyo a Angelino Alfano en las primarias del partido previstas para diciembre, pero muchos otros en el partido no estuvieron de acuerdo con la posterior cancelación de las primarias.
El 16 de diciembre de 2012, Meloni y otros dirigentes organizaron en Roma la reunión de las Primarias de las Ideas, en las que criticaron abiertamente a Silvio Berlusconi de liderazgo y cualquier posible perspectiva de una alianza electoral con el primer ministro Mario Monti, en medio de la crisis económica.
Al día siguiente, La Russa deja el partido, junto a otros dirigentes —entre ellos, la propia Meloni— con el objetivo de representar mejor a la derecha italiana y ofrecer una opción atractiva a los votantes conservadores. Con ello nacería el nombre de Los Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia) tres días antes de la Navidad de 2012.
Meloni y una relación "serena" con el fascismo de Mussolini
La dirigente de Los Hermanos de Italia alardea de su popularidad en las encuestas, ya que domina las intenciones de voto con más del 24.5 por ciento para las elecciones legislativas del 25 de septiembre, por delante del Partido Democrático de centro-izquierda.
Un fenómeno sorprendente ya que que en las legislativas de 2013 no llegó a obtener 2 por ciento de los votos. En diez años, ha logrado recuperar el descontento y las esperanzas frustradas de los italianos contra los "dictados" de la Unión Europea, contra el alto costo de la vida y el futuro bloqueado de los jóvenes.
En el transcurso de los últimos cuatro años, las cifras de las encuestas del partido han crecido de manera constante desde un poco más del 4 por ciento en 2018 a más del 25 por cinto en 2022. La trayectoria sugiere que el partido ha hecho caso omiso de sus vínculos históricos con el fascismo o que muchos italianos simplemente no les importa.
Su lema: "Dios, patria, familia". Sus prioridades: cerrar las fronteras para proteger a Italia de la "islamización" y renegociar los tratados europeos para que Roma recupere el control de su propio destino. Otra prioridad es luchar contra los grupos de presión LGBT+ y contra el "invierno demográfico" en uno de los países con más ancianos del mundo. El 6 de octubre de 2016 denunció en Facebook lo que llamó "la sustitución étnica" en Italia.
Una frase nacida del fascismo de Mussolini
La consigna fue acuñada en 1931 por el entonces secretario general del Partido Nacional Fascista, Giovanni Giuriati, quien se dirigió en la publicación 'Juventud Fascista' a los jóvenes militantes recordándoles la importancia del orden, la disciplina, la obediencia, el sacrificio por la patria y por el líder bajo la consigna "Dios, patria y familia".
"Meloni representa un punto de referencia para los que protestan, para los desilusionados", sostiene Sofia Ventura, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Bolonia, a la agencia AFP.
Representa hoy en día a los hartos del sistema, a los que piden que se vayan todos. Los antisistema del Movimiento 5 Estrellas terminaron por formar parte de todos los gobiernos desde la victoria alcanzada en 2018, así como la Liga de Matteo Salvini, una formación de ultraderecha que agitaba el deseo de cambio. Pero la líder del partido heredero del MSI, ha querido aclarar su controvertida relación con el fascismo.
"La derecha italiana ha relegado el fascismo a la historia de hace décadas, condenando sin ambigüedades la privación de la democracia y las infames leyes antijudías", dijo Meloni en un video enviado en varias lenguas a medios de comunicación extranjeros acreditados en Italia.
Sin embargo, el emblema de Hermanos de Italia lleva la llama tricolor verde-blanco-roja, un símbolo inventado en 1946 por el grupo de veteranos fascistas que fundaron el MSI.
"Tengo una relación serena con el fascismo", explicó hace unos meses Meloni, tras afirmar que Benito Mussolini "hizo mucho", aunque cometió "errores", entre los que enumera las leyes raciales, la entrada en la guerra como aliado de la Alemania nazi y su estilo de gobierno autoritario.
Para ampliar su electorado y tranquilizar a los sectores moderados, Meloni se presenta como garante de la "emancipación ideológica" de los italianos frente a "los principios y símbolos fascistas". Pero para el diario de centro-izquierda La Repubblica, "los hechos contradicen su relato", ya que tanto la base de su partido como algunos de sus dirigentes siguen muy apegados a sus raíces.
"No hay lugar para los nostálgicos del fascismo, del racismo y del antisemitismo", proclamó en otra ocasión.
Giorgia Meloni, allegada a Vox de España
Hermanos de Italia es miembro junto a los polacos de Ley y Justicia (PiS) y los españoles de Vox, del grupo Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que, aunque son vistos con recelo, no son considerados parias por parte de la actual Comisión Europea. Incluso, en meses pasados participó en un evento de las elecciones en Andalucía, apoyando a la candidata de ultraderecha a la jefatura del gobierno andaluz, Macarena Olena.
Una personalidad carismática para ser de ultraderecha
Su juventud, su tenacidad, su lenguaje directo han conquistado las redes. Se volvió famoso su discurso en 2019 en que se definió así: "Soy Giorgia. Soy mujer, soy madre, soy italiana, soy cristiana" —llegando incluso a convertirse en un tema remix—, pero Meloni ha sido acusada de ser un provocadora política.
Como nacionalista orgullosa, sus posturas políticas enfatizan las posiciones contra la migración y la protección de Italia contra la “islamización”. En cambio, se presenta como la defensora de los valores familiares tradicionales, politizando el cristianismo y la maternidad como pilares de la auténtica identidad nacional italiana.
Pero Meloni también es una camaleona política. Cambia de estrategia cuando es políticamente ventajoso hacerlo. También ha explotado los sentimientos nacionales de inseguridad y ansiedad , provocados por las múltiples crisis que ha enfrentado Italia en los últimos años.
Estos incluyen la pandemia de covid-19 que golpeó a Italia con especial dureza y las grandes crisis humanitarias aún no resueltas causadas por la migración masiva en el Mediterráneo, siendo Italia el principal país receptor de migrantes que se dirigen a Europa. El país también enfrenta una inflación creciente y una crisis energética en curso, impulsada por la guerra entre Rusia y Ucrania y la estrategia de Putin de armar el suministro de gas de Rusia a la Unión Europea.
En entrevista con la agencia EFE, Meloni asegura que sólo es crítica con la Unión Europea en cuestiones de autonomía, pero que no se muestra favorable a que Italia salga del Eurogrupo.
"Mi partido no tiene ala antieuropea, solo tenemos una línea que es la de los conservadores europeos. La pandemia de antes y la guerra de ahora nos han mostrado qué es lo que no ha funcionado en la construcción de la Unión Europea en las últimas décadas. Durante demasiados años Bruselas ha ampliado sus competencias en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, olvidándose de una política exterior y de defensa común, de asegurar nuestra autonomía energética. Me gustaría una Europa que hiciera menos cosas y las hiciera mejor, con menos centralismo y más subsidiaria, menos burocracia y más política".
Ante estas crisis, Meloni se ha posicionado como la persona a “rescatar” a Italia. La historia ha demostrado que en tiempos de precariedad, los líderes ultranacionalistas carismáticos tienden a hacerlo bien . Con una fórmula familiar de poner "a Italia primero”, al estilo de Donald Trump, el euroescepticismo, la xenofobia y la islamofobia de Meloni ha ganado popularidad entre los italianos.
A lo largo de los años, ha cortejado a líderes que muchos consideran ultranacionalistas, como Vladimir Putin de Rusia, Viktor Orbán de Hungría y Marine Le Pen de Francia. Sin embargo, también ha tratado de posicionarse como alineada con el conservadurismo del Partido Conservador británico y el Partido Republicano de Estados Unidos.
Últimamente ha tratado de distanciarse del apoyo anterior a los hombres fuertes de Rusia y China y de volver a enfatizar su voluntad de servir patrióticamente a su país. La estratagema aparentemente ha funcionado.
Pero el éxito de los Hermanos de Italia no se debe solo a Meloni. La otra cara de su éxito es el fracaso de otros partidos y el caos de un colapso del gobierno que afectó a muchos de los partidos en su contra.
Las elecciones anticipadas en Italia siguieron a la renuncia del primer ministro Mario Draghi, un economista admirado internacionalmente apodado “Super Mario ” por su impresionante manejo de la crisis de la eurozona como director del Banco Central Europeo.
Draghi presidió una amplia coalición, pero se vio obligado a dimitir en julio de 2022, en medio de un empeoramiento de la crisis económica y política que provocó que algunos socios de la coalición se volvieran contra el primer ministro.
Italia ha luchado a menudo con su liderazgo político desde la década de 1990. El sistema político del país casi garantiza el gobierno por coalición. Pero eso a menudo significa el gobierno de un grupo de partidos, cuyas agendas y visiones pueden ser drásticamente diferentes, a veces casi mutuamente excluyentes. Y el colapso de la amplia coalición de Draghi ha contaminado a muchos partidos en todo el espectro político, incluido el alguna vez popular Movimiento 5 Estrellas.
Además de esto, ha habido fracasos individuales de los partidos que desafiaron a Meloni en las elecciones. Esto ha incluido casos de corrupción, con del ex líder del Partido Demócrata, y ahora del centrista Italia Viva, Matteo Renzi, acusado de financiamiento ilegal del partido .
Mientras tanto, los intentos fallidos de forjar una coalición de centro-izquierda exitosa para desafiar al bloque de derecha han fracasado, con una alianza que se desmoronó solo unos días después de su formación.
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