El partido nacionalista Sinn Féin, ganador de las recientes elecciones autonómicas de Irlanda del Norte, aseguró que el Partido Democrático Unionista (DUP), que quedó segundo, no puede "castigar" a la provincia negándose a formar un gobierno de poder compartido.
El líder del DUP, Jeffrey Donaldson, reiteró que su formación considera rechazar este viernes la elección de un nuevo presidente en la Asamblea de Belfast, un proceso que necesita el consenso del bloque unionista y nacionalista en la cámara, según establecen los acuerdos de paz de 1998.
Éste sería el primer paso para que los dos grandes partidos presenten después a sus candidatos al puesto de ministro y viceministro principal, así como el resto de ministros que compondrán el próximo Ejecutivo autónomo de acuerdo a los resultados de los comicios celebrados el pasado jueves.
"No es bueno para la gente de aquí que el DUP tenga secuestrada a la sociedad, que la castigue impidiendo la designación de un presidente (de la Asamblea) y de un gobierno que pueda responder a las preocupaciones de la ciudadanía", declaró la vicepresidenta del Sinn Féin, Michelle O'Neill, después de reunirse en Belfast con el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney.
La líder nacionalista en la provincia británica, elegida por su partido para el puesto de ministra principal, calificó de "inaceptable" la posición de Donaldson, quien insiste en que no volverá al Ejecutivo si las conversaciones que mantienen Londres y Bruselas no desembocan en la eliminación de partes del protocolo del Brexit para la región.
"Estoy esperando a ver qué tiene que decir el gobierno del Reino Unido. Esa es ahora la prioridad para asegurarnos de que lo que diga nos llevará en la dirección correcta", dijo el dirigente unionista a la emisora BBC, en su división en Ulster.
Donaldson quiere que Londres exprese sin ambages que está dispuesta a tomar acciones unilaterales sobre el citado protocolo si no hay avances significativos en las negociaciones, una medida que prolongaría la crisis institucional en Irlanda del Norte y desataría una guerra comercial entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE).
Como pronto, el líder del DUP ha confirmado que no abandonará su escaño en el Parlamento británico para asumir el de diputado electo en Belfast —ambos cargos son incompatibles— hasta que no se resuelva este asunto, lo que sugiere, según los expertos, que la parálisis va para largo.
"El protocolo no puede eliminarse. Hay maneras para mejorar su aplicación y, ciertamente lo apoyamos, pero la retórica del gobierno británico en los últimos días solo sirve para complacer al DUP", señaló la líder del Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo IRA y defensor de la reunificación de Irlanda a través de un referéndum.
A este respecto, el ministro británico de Cohesión Territorial, Michael Gove, dijo este miércoles que el Reino Unido sigue dispuesto a negociar con la Unión Europea mejoras en el protocolo, pero advirtió también de que "no se descarta ninguna opción" si no hay acuerdo.
Los unionistas exigen actuar contra protocolo para formar gobierno
El DUP comunicó el lunes a Londres que no compartirá gobierno con Sinn Féin si no "hay acciones decisivas" sobre el protocolo del Brexit. Donaldson trasladó esa advertencia al ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, de visita en Belfast para explorar con los partidos la formación de un ejecutivo de poder compartido con los nacionalistas, ganadores de los comicios.
"Esta es la posición que hemos mantenido antes de las elecciones, durante la campaña y ahora, y hasta que no veamos que el gobierno del Reino Unido adopta acciones decisivas sobre el protocolo no designaremos a un viceministro principal", declaró Donaldson a los medios tras reunirse con Lewis.
La histórica victoria del Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo IRA y defensor de la reunificación de Irlanda, presentará a su vicepresidenta, Michelle O'Neill, al puesto de ministra principal, si bien este cargo necesita un adjunto de la oposición para poder gobernar, según establecen los acuerdo de paz.
Antes de reunirse con los partidos, Lewis subrayó en un comunicado que la ciudadanía "merece un gobierno estable y responsable", por lo que instó a "los líderes" norirlandeses a "cumplir con sus responsabilidades" tan "pronto como sea posible".
El titular británico también dialogará con el nacionalista Partido Socialdemócrata y Laborista (SLDP) y el Partido Unionista del Ulster (UUP), tercera y cuarta formación en el anterior Ejecutivo que, no obstante, han sido adelantadas por el Partido Alianza, centrista y no sectario.
Las cinco formaciones podrían volver al ejecutivo autónomo si no hay boicot del DUP, que ya lo hizo caer el pasado febrero por su oposición al citado protocolo y está suspendido desde entonces. Lewis lanzó un guiño a los unionistas al subrayar que es necesario "solucionar las cuestiones pendientes relativas" a ese instrumento acordado por Londres y Bruselas para amortiguar el impacto del Brexit en Irlanda del Norte.
Donaldson aseguró que el gobierno británico quiere solucionar este asunto "con un acuerdo con la Unión Europea", pero advirtió de que el DUP "no dudará en tomar otras medidas si lo ve necesario".
El dirigente unionista ya ha indicado que, antes de tomar una decisión sobre el Ejecutivo de Belfast, espera escuchar este martes que Londres tomará "acciones decisivas" durante el llamado Discurso de la Reina, que detalla, de la mano de Isabel II, las prioridades del Ejecutivo británico.
Entre éstas, el DUP quiere que Johnson se comprometa en firme a suspender unilateralmente partes del citado protocolo si no avanzan las negociaciones con la Comisión Europea (UE), una medida que no solo prolongaría la parálisis en Irlanda del Norte, sino que podría también dar paso a una guerra comercial entre Londres y Bruselas.
Boris Johnson se arriesga a una rebelión interna si rompe el protocolo norirlandés
Destacados miembros del Partido Conservador han advertido al primer ministro británico, Boris Johnson, que puede enfrentarse a una rebelión en el Parlamento si decide tramitar una ley para suspender de formar unilateral el Protocolo para Irlanda del Norte que acordó con la Unión Europea (UE).
"Hay muchos colegas que no apoyarán esto. No podemos ir por ahí rompiendo los acuerdos internacionales que no nos gustan", afirmó un ex alto cargo conservador al diario The Times, que no revela su identidad.
Otro "tory" pronosticó que incluso si la Cámara de los Comunes aprobara una legislación de esa naturaleza, el texto acabaría "triturado" en la de los Lores (Alta), que en los últimos años ha ejercido de contrapeso para frenar algunas de las propuestas más drásticas en el marco del Brexit.
La propia Theresa May, la primera ministra que comenzó a negociar con Bruselas la salida británica del bloque comunitario, ha criticado la posibilidad de que Londres incumpla una parte crucial del acuerdo al que llegaron ambos lados del canal de la Mancha. Alertó sobre "aquello que un movimiento como ese diría sobre el Reino Unido y su voluntad de cumplir los tratados".
Antes de que la ministra de Exteriores británica, Liz Truss, y el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para Relaciones Intitucionales, Maros Sefcovic, retomen mañana la negociación sobre el Protocolo norirlandés en una conversación telefónica, han aumentado las especulaciones sobre la posibilidad de que el gobierno británico dé nuevos pasos para suprimir las disposiciones que considera problemáticas.
El Protocolo obliga a hacer controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido con el objetivo de evitar una frontera entre las dos Irlandas. Johnson, que acordó los términos del Brexit que entraron en vigor en enero de 2021, argumenta ahora que el Protocolo crea demasiadas fricciones en Irlanda del Norte y exige a Bruselas modificarlo.
A finales de 2020, el gobierno británico ya llevó al Parlamento una legislación que abría la puerta a incumplir el pacto sobre Irlanda del Norte (Ley del Mercado Interno), si bien retiró algunos de los artículos más polémicos del texto tras ser rechazado por la Cámara de los Lores.
Si el Reino Unido decidiera romper unilateralmente el Protocolo norirlandés, la Unión Europea podría reactivar el proceso legal que había iniciado contra la Ley de Mercado Interno, que quedó suspendido en julio.
También podría imponer aranceles sobre productos británicos, lo que amenazaría con iniciar una guerra comercial entre ambos lados del canal, e incluso suspender por completo el Acuerdo de Comercio y Cooperación que fija los términos en los que el Reino Unido abandonó el bloque.
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