La ciudad británica de Mánchester recordó con un minuto de silencio y una ceremonia religiosa a los 22 muertos en el atentado contra un concierto que estaba repleto de adolescentes y del que se cumple un año.
La ciudad se detuvo para observar un minuto de silencio que se siguió también en las dependencias gubernamentales del país.
La primera ministra británica Theresa May y el príncipe William asistieron a una ceremonia multiconfesional en la Catedral de Mánchester.
La ciudad del norte de Inglaterra vio cómo, el 22 de mayo de 2017, Salman Bedi -un joven británico de origen libio- hizo estallar la bomba que llevaba en su mochila a la salida de un concierto de Ariana Grande en el pabellón Manchester Arena, repleto sobre todo de adolescentes y niños, causando una matanza.
Siete de los muertos eran menores de edad, como muchos de los heridos.
"Nos reunimos en este servicio gentes de fe diferente o de ninguna, para recordar con amor ante Dios a aquellos que perdieron su vida y a aquellos cuyas vidas cambiaron para siempre y tienen que vivir acompañados del recuerdo terrible de aquel día de hace 12 meses", dijo el deán de la Catedral de Mánchester, Rogers Govender.
A la ceremonia multiconfesional, que fue retransmitida en pantalla gigante en los jardines de la catedral y en iglesias de otras ciudades británicas, acudieron dignatarios, personal de los servicios de rescate y algunos de los heridos.
El atentado fue uno de los cinco que sufrió el Reino Unido en 2017. Los otros fueron en Londres.
gcc