Primer ministro de Italia califica al presidente de Turquía como "dictador" tras el 'Sofagate'

El primer ministro Mario Draghi criticó al gobierno turco por el trato desigual a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, durante un viaje oficial a Estambul; Ankara llama al embajador italiano tras las declaraciones.

El sofagate es el escándalo por el trato desigual hacia Ursula von der Leyen en viaje oficial en Turquía. (AFP)
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Roma / Estambul /

El primer ministro de Italia, Mario Draghi, calificó al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de "dictador", al condenar el desaire cometido contra la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante un encuentro en ese país.

"Me molestó la humillación que tuvo que soportar la presidenta de la Comisión Europea, llamémoslos por lo que son, dictadores", aseguró Draghi durante una rueda de prensa en Roma.

El desaire, bautizado cono "Sofagate", que se convirtió en una polémica y en un incidente diplomático, se puede ver al mandatario turco, recibir a Von der Leyen, jefa del ejecutivo de la UE, sin un sillón reservado, mientras Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ocupa el suyo frente a la respectiva bandera.

"No comparto en absoluto el comportamiento del presidente turco hacia la presidente de la comisión (...) no fue una conducta adecuada", aseguró Draghi. Es "uno de esos dictadores con los que  necesitamos colaborar (...) hay que ser franco y manifestar la propia diferencia de visión, de opinión, de comportamiento, de visión de la sociedad, pero también hay que estar dispuesto a colaborar para cooperar por el propio interés del país", explicó. 

Turquía se defendió de las acusaciones en su contra por un fallo en el protocolo durante una visita a Ankara de la presidenta de la Comisión Europea, quien se quedó sin asiento y terminó en un sofá, una imagen que ha provocado una viva polémica. El ministro turco de Relaciones Exteriores condenó los comentarios "ofensivos" del primer ministro italiano.

"Condenamos firmemente los comentarios populistas, ofensivos e irracionales del primer ministro italiano Draghi", tuiteó el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, después de que sus servicios convocaran al embajador de Italia en Ankara.
"Las solicitudes de la UE fueron respetadas. Esto quiere decir que la disposición de los asientos se hizo siguiendo sus peticiones", dijo el ministro en una rueda de prensa. "Las acusaciones contra Turquía son injustas. Turquía es un Estado muy arraigado y no es la primera vez que recibimos a dignatarios extranjeros", agregó.

También afirmó que Turquía se sentía obligada a hacer esta aclaración ante las "acusaciones en su contra".

En Bruselas, el caso fue discutido inicialmente como un desaire a la única mujer presente en la reunión, pero la polémica rápidamente se convirtió en una discusión sobre el orden jerárquico entre Michel y Von der Leyen y sus aparentes disputas, así como la imagen de desunión que ambos ofrecieron.

El eurodiputado Manfred Weber, líder del mayoritario bloque conservador en el Parlamento Europeo, pidió este jueves una reunión del legislativo con los dos líderes, por considerar que la visita "se tradujo en un símbolo de desunión".

De igual forma, la eurodiputada española Iratxe García, jefa del bloque parlamentario de los Socialistas y Demócratas, pidió este jueves que se convoque a Michel y Von der Leyen a una sesión del Parlamento para "aclarar lo sucedido y (discutir) cómo respetar las instituciones europeas".

Para el ministro francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune, las imágenes de lo ocurrido en Ankara "duelen".

"Aún percibiendo la naturaleza lamentable de la situación, hemos escogido no agravarla con un incidente público, y privilegiar la substancia de la discusión política", escribió Michel.

Michel y Von der Leyen habían organizado esa visita a Turquía como parte de los esfuerzos para recomponer las relaciones entre Bruselas y Ankara, después de las graves tensiones que se verificaron en 2020.

Sin embargo, días antes de la visita Von der Leyen había criticado ásperamente al gobierno de Turquía por su retirada de la Convención internacional contra la violencia contra mujeres y niños. Por ello, inicialmente el episodio de la silla fue visto como una respuesta turca a esa postura de la funcionaria alemana.

El vocero de Von der Leyen dijo en Bruselas que había insistido el miércoles que la presidenta de la Comisión decidió dar prioridad a los temas a discutir con Erdogan, en lugar de insistir sobre el tema del sofá.

"Son cuestiones de organización interna", dijo Eric Mamer a los periodistas.

Turquía, un país miembro de la OTAN, es un aliado fundamental para la Unión Europea, que está dispuesta a iniciar conversaciones de alto nivel y discutir facilidades migratorias, a cambio de que Ankara modere su conducta en el Mediterráneo y cese las "provocaciones".

dmr 

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