La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, pidió ayer a sus correligionarios que mantengan la “cabeza fría” en un momento en el que las negociaciones del brexit se detuvieron en Bruselas y surgieron rumores sobre unas elecciones anticipadas en Reino Unido.
La preocupación entre los asesores de May por la falta de apoyos a su plan para el brexit los llevó a barajar la posibilidad de convocar unos comicios para tratar de aglutinar nuevas fuerzas, según fuentes conservadoras citadas por el diario The Sunday Times.
Downing Street, el despacho oficial de la primera ministra, se apresuró a desmentir esa opción, que también descartó el ministro para el brexit, Dominc Raab.
En junio de 2017, May llamó a los británicos a las urnas para intentar reforzar su liderazgo al comienzo del diálogo con la Unión Europea, pero sus planes se torcieron y terminó perdiendo la mayoría absoluta que mantenía hasta entonces en el Parlamento.
El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, llamó por su parte a la convocatoria de unas elecciones generales cuanto antes para dar la opción a que un gobierno laborista dirija las negociaciones del brexit antes del próximo 29 de marzo, fecha prevista para la ruptura.
Corbyn cree que diversos diputados conservadores descontentos con la gestión de May podrían contribuir a forzar unas elecciones, al tiempo que advirtió de que la oposición laborista está dispuesta a votar contra el acuerdo al que puedan llegar Londres y Bruselas si no le satisfacen los términos.
Además de las presiones desde la líder “tori” debe hacer frente a las voces cada vez más numerosas dentro de su propia formación que le reclaman un cambio de rumbo en sus planes para el brexit.
“He dicho en muchas ocasiones que estas negociaciones serían duras, y desde el principio estaban destinadas a ser aún más duras en sus etapas finales”, dijo hoy May para tratar de calmar los ánimos entre sus compañeros de partido, a quienes les instó a “controlar los nervios”.
Tras la negativa de los líderes europeos a aceptar el llamado plan de Chequers, que propone mantener a Reino Unido en un área de libre comercio de bienes tras el brexit, la facción más euroescéptica de los “toris” reactivó su exigencia de apostar por un acuerdo de comercio más laxo, similar al que la UE firmó con Canadá.
El ministro para el brexit, Dominc Raab, argumentó que formalizar un acuerdo de libre comercio como el de Canadá no solucionaría el problema de la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, uno de los principales escollos del diálogo.
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‘Cabeza fría’ por ‘brexit’, pide
El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, quiere que el gobierno laborista dirija negociación
Londres /
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