Ante la información sobre el estado de salud de Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, la prensa italiana ha publicado el testamento espiritual del papa emérito en el que indica que quiere una de las dos tumbas para papas que se encuentran listas para recibir a sus futuros ocupantes en las Grutas Vaticanas, cerca de los restos de San Pedro. Sin embargo, los medios del país europeos señalan que el papa Francisco, Jorge Bergoglio, quiere la misma.
Benedicto XVI y el papa Francisco prefieren la tumba en la que yacieron san Juan XII y san Juan Pablo II, cuyos restos fueron trasladados arriba, a la basílica, cerca del alta mayor, en sendas capillas que reciben a los fieles que visitan San Pedro. Ambos papas fueron los más populares del siglo XX, dejaron una huella histórica y el actual papa los elevó a la santidad en una ceremonia realizada en la basílica de San Pedro el 27 de abril de 2014.
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Según el diario Passauer Neue Presse, el papa emérito Benedicto XVI, de 93 años, sufre una erisipela en el rostro, una enfermedad infecciosa caracterizada por una tumefacción rojiza que genera fuerte picor y dolores intensos. Sufre la enfermedad desde que regresó a Roma a finales de junio, tras viajar a Ratisbona para despedirse de su hermano, el arzobispo Georg Ratzinger.
Aunque el vocero del vaticano, Matteo Bruni comunicó que “las condiciones de salud del papa emérito no representan particular preocupación”, su biógrafo Peter Seawald alertó que Benedicto XVI se encontraba es un estado extremadamente delicado de salud y contó que razona y mantiene la memoria, pero que habla “con el hilo de su voz”.
Este martes, el diario romano Il Messaggero publicó un artículo sobre el estado del papa alemán y explica que Benedicto XVI escribió un testamento espiritual, dejando disposiciones de leerlo y publicarlo después de su muerte.
La publicación, recuperada por el periódico El Clarín, indica que “Joseph Ratzinger ha establecido donde quiere ser sepultado, indicando la ex tumba de san Juan Pablo II en la cripta de San Pedro, dejada libre después que la urna con los restos del papa polaco fue llevados a la basílica tras su beatificación en la capilla lateral a La Piedad (la obra de Miguel Angel), en la zona de ingreso de San Pedro”.
Un indescifrable sarcófago sin nombre
Sin embargo, la voluntad de Benedicto XVI no se podría cumplir debido a las disposiciones concretadas en marzo de 2016 que tienen la aprobación del papa Francisco, desde aquella aceptación algunos medios han hablado de un misterioso sarcófago que no tiene nombre, el cual muchos señalan que puede ser para el papa emérito.
Según la agencia francesa I Media, especializada en información sobre la Santa Sede, el sarcófago sin nombre y sin escritos fue instalado en las Grutas Vaticanas. “La nueva tumba fue realizada a poca distancia de la del beato Pablo VI y es similar en cuanto a su forma a la de Juan Pablo I”. En dicha publicación sostienen que esa tumba fue diseñada para Benedicto XVI, mientras que el papa Francisco “iría a la tumba que fue de Juan Pablo II”.
El sarcófago sin nombre fue construido cerca del que conserva los restos de Pablo VI y es un paralelepípedo de mármol blanco “sobrio, con cuatro ángulos de columnas rosas decoradas con capiteles”, según la agencia I Media.
Ante la incertidumbre sobre para quién era ese sarcófago sin nombre, el periódico argentino El Clarín recoge que el entonces vicedirector del diario vaticano L’Osservatore Romano, Carlo Di Cicco escribió que “se sabe que hace tiempo el papa Francisco pidió al cardenal arcipreste de la Basílica de dejar para él aquel nicho”.
Sobre el sarcófago sin nombre, el medio argentino señala que el entonces director de la Sala de Prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi, dijo que “no hay ningún misterio detrás de la instalación de esta tumba … Es necesario prever que en las Grutas Vaticanas haya tumbas para los años futuros. Había solo una capilla libre y por lo tanto era sabio prever también otras posibilidades”.
En las Grutas Vaticanas se encuentran las tumbas de una veintena de papas, entre ellos Bonifacio VIII, Sixto IV, Benedicto XV, Pio XII, Pablo VI y Juan Pablo I. También yacen otros personajes, entre los que se destacan las reinas católicas Cristina de Suecia y Carlotta I de Chipre. Mientras que los restos de otros ocho papas están en la basílica de San Pedro.
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