Parlamento de Francia no logra votar ley sobre eutanasia tras 'intenso' debate

Aunque el 96 por ciento de los franceses está a favor de legalizar la eutanasia; la Asamblea Nacional no pudo votar el proyecto tras la imposición de 3 mil enmiendas para evitar su aprobación.

La eutanasia no es apoyada principalmente por los grupos más conservadores. (Reuters)
AFP
París /

¿"Última libertad" o "transgresión"? Los diputados franceses llevaron a cabo este jueves un debate "doloroso y filosófico" sobre el derecho a la eutanasia para las personas con patologías incurables durante el examen de un proyecto de ley sin lograr votar el texto por falta de tiempo.

El debate concluyó poco después de la medianoche. Se presentaron más de 3 mil enmiendas destinadas, en su mayoría, a torpedear el proyecto aunque el examen no pasó del primer artículo.

La "inmensa mayoría de los franceses están a favor del derecho a la eutanasia", una "última libertad" para "apagar en paz la luz de nuestra existencia", dijo el diputado de oposición Olivier Falorni, promotor del texto.

Farloni considera que autorizar la eutanasia permitiría poner fin a la "hipocresía" de dejar que los franceses se "exilien" en Bélgica o Suiza para recurrir a ella, o hacer la vista gorda ante los "2 mil a 4 mil" procedimientos de eutanasia clandestinos que se llevarían a cabo cada año en Francia.

Aunque no ha podido ser votado en el tiempo previsto, el texto recibió un amplio aval en la votación de una enmienda que retoma los puntos centrales sobre la "asistencia médica a morir" o la cláusula de conciencia de los médicos. Para Farloni se trata de un "mensaje fuerte" pese a que "la obstrucción no permite ir hasta el final del texto". 

Por su parte, el ministro de Salud, Olivier Véran, dijo que "personalmente no estoy convencido" de que haya que abrir actualmente este debate de envergadura", en referencia a la pandemia del covid-19.

"El debate merece que se produzca" pero un asunto tan "sensible", "necesita tiempo" agregó.

No obstante, prometió una mejor aplicación de la denominada ley Claeys-Leonetti, adoptada en 2016, que autoriza la sedación profunda y continua de pacientes terminales, pero cierra la puerta a la eutanasia activa.

El artículo primero del proyecto de ley del diputado Ferloni prevé que "toda persona capaz, mayor de edad, en estado avanzado o terminal de una enfermedad grave e incurable, cualquiera que sea su causa, que le produzca sufrimientos físicos o psíquicos que no puedan ser aliviados o que considere insoportables", podrá solicitar "asistencia médica" para morir "con ayuda activa".

En Europa, un puñado de países cuenta con una ley sobre la eutanasia. España se convirtió en marzo en el cuarto en despenalizarla, tras Holanda, Bélgica, Luxemburgo, y recientemente España. También hay otras formas de ayudar a morir en Europa, como la suspensión de los tratamientos.

Otros países como Irlanda o Polonia son contrarios. En Francia, el asunto divide a los grupos parlamentarios y ha puesto en aprietos al gobierno.

El vocero del partido presidencial La República en Marcha (LREM), Christophe Castaner, reconoció que su grupo no tiene "una posición unánime".

Los opositores de la propuesta creen que es prematuro plantearse ir más allá cuando la ley Claeys-Leonetti no se aplica aún en todo el país. Una quinta parte de los departamentos franceses no dispone de un centro de cuidados paliativos. Otros se oponen de plano a la medida por razones filosóficas y religiosas.

Según un sondeo de 2019, el 96 por ciento de los franceses está a favor de que la ley autorice al cuerpo médico a poner fin, sin sufrimiento, a la vida de enfermos en fase terminal.  El debate sobre la eutanasia está presente desde hace más de cuatro décadas en el panorama político francés.

Varios casos de personas que reclamaban poner fin a su vida ha sacudido al país. El más emblemático fue el de Vincent Lambert, un antiguo enfermero en estado vegetativo irreversible tras un accidente de auto en 2008.

El cuadragenario murió el 11 de julio de 2019 tras suspender el tratamiento, tras una sedación profunda que recomendaron los médicos y su esposa, pero a la que se opusieron sus padres que recurrieron a la justicia.

Entrevistado antes del voto, Alain Cocq, un hombre de 58 años que padece desde hace 35 años una enfermedad incurable y dolorosa, urgió a los diputados a adoptar el derecho a la eutanasia en Francia, sin el cual se vería "obligado" a "morir exiliado" en Suiza.

En 2020, Cocq fue portada de todos los diarios al intentar dejarse morir, dejando de alimentarse y de hidratarse, y transmitiendo su agonía en directo por Facebook. "Los médicos me han salvado nueve veces in extremis. Lo lamento porque no es mi vida: es una vida impuesta por la enfermedad", señaló.

dmr

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