La renuncia este jueves del primer ministro italiano, Mario Draghi, abre un período de incertidumbre política en la tercera economía de la zona euro, con diferentes escenarios posibles y una inesperada campaña electoral con comicios previstos para el 25 de septiembre.
"La situación política ha llevado a esta decisión", reconoció el presidente Sergio Mattarella ante las cámaras de televisión, al referirse al final de la coalición de unidad nacional que apoyaba el gobierno liderado por el economista Mario Draghi. "Firmé el decreto de disolución de las Cámaras con el fin de convocar nuevas elecciones en el plazo máximo de setenta días".
¿Cómo será el nuevo llamado a elecciones en Italia? ¿Qué se juega? ¿Qué implica la salida de Mario Draghi del gobierno? ¿Qué se disputa la extrema derecha y la izquierda en el país?
¿Por qué salió Mario Draghi del poder en Italia?
Se trata de una conclusión esperada después de que Forza Italia, el partido de derecha de Silvio Berlusconi, la formación ultraderechista la Liga de Matteo Salvini y el partido antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5E) se negaran a participar en un voto de confianza solicitado el miércoles por el primer ministro en el Senado.
La caída de "Super Mario", llamado a salvar a Italia en febrero del 2021 en un momento de crisis social, económica y sanitaria, ha generado fuertes reacciones en toda la península.
"Italia traicionada", tituló el diario La Repubblica, mientras que La Stampa, diario cercano a los industriales, se limitaba a escribir a toda página "Vergüenza".
Según las encuestas, la mayoría de los italianos desean que Draghi siga en el cargo, una de las razones por lo que el miércoles dio marcha atrás y no confirmó su primera renuncia. Sin embargo, no logró que los partidos de su coalición se alinearan en torno a un "pacto" de gobierno entre las partes que propuso en un denso y largo discurso ante el Senado.
¿Nuevo gobierno o elecciones anticipadas?
Una posibilidad es mantener a Mario Draghi como jefe de gobierno encargado hasta el final de la legislatura a comienzos del 2023. Se trata de algo poco probable, ya que la coalición de unidad nacional que lo apoyaba le dio la espalda el jueves.
"Me parece claro que no se han dado las condiciones para un nuevo gobierno" apoyado por esa coalición, explicó el profesor Gaetano Azzariti, profesor de derecho constitucional en la Universidad La Sapienza de Roma, entrevistado.
"Italia es una república parlamentaria, donde la mayoría del parlamento decide quién gobierna, no el presidente", reiteró. "¡La respuesta del parlamento ha sido muy clara!", clamó.
Si el presidente de la República, Sergio Mattarella, decide disolver el parlamento y convocar elecciones anticipadas, podría "mantener a Draghi para tratar los asuntos corrientes hasta las elecciones, que deben celebrarse rápidamente", explicó.
¿Cuál sería la fecha de las elecciones anticipadas?
Varias fechas son posibles. La única certeza es que deben celebrarse antes de que se cumplan 70 días de la disolución del parlamento. Pero está teniendo una fecha prevista para el 25 de septiembre.
La situación se complica por la ley de presupuestos, que debe presentarse al parlamento antes del 15 de octubre. La organización de las elecciones, la campaña electoral, el nombramiento de un gobierno y luego su asunción trastornan ese calendario.
Si la disolución es anunciada y firmada este jueves o en los próximos días, las elecciones podrían celebrarse el 18 o el 25 de septiembre. No se excluye tampoco como fecha el 2 de octubre. El parlamento debe reunirse dentro de los 20 días siguientes a la elección, entre el 15 y el 22 de octubre, según ese escenario.
¿Quién es el favorito en caso de elecciones anticipadas?
El gran favorito es la llamada coalición de "centro derecha", que reúne a Forza Italia, el partido de centro-derecha de Silvio Berlusconi, y la extrema derecha representada por la Liga del líder contrario a la migración Matteo Salvini y por los herederos del fascismo Hermano de Italia (Fratelli d'Italia), algo que preocupa a los europeos.
Fratelli d'Italia, presidido por Giorgia Meloni, encabeza las preferencias de voto con casi un 24 por ciento, superando el Partido Democrático (22 por ciento) y la Liga (14 por ciento), según una encuesta del instituto SWG realizada el 18 de julio.
"Estamos listos. Esta nación necesita desesperadamente recuperar su conciencia, su orgullo y su libertad", escribió este jueves en un tuit Meloni, de 45 años, líder de la extrema derecha, que podría convertirse en la futura jefa de gobierno de Italia.
Forza Italia sumaría el 7.4 por ciento de los votos y el Movimiento 5 Estrellas (M5E) el 11.2 por ciento. La actual ley electoral, una mezcla complicada de votación proporcional y de voto por persona, resulta "una gran ventaja para la coalición de centroderecha", aseguró el profesor Azzariti.
"Los aliados de centro-derecha ya acordaron presentar un candidato común, contra el que se deberá presentar el candidato del PD, el de los antisistema de Movimiento 5 Estrellas y así sucesivamente. Por lo que es evidente que la centro-derecha será la ganadora", dijo.
Aunque está dividida en facciones, sufre complicaciones en diversos territorios y sus principales líderes —Salvini de La Liga y Giorgia Meloni de Hermanos de Italia— tienen profundas diferencias, es teóricamente mayoritaria.
El desaire a Draghi cayó muy mal en algunos sectores, sobre todo en la moderada Forza Italia, por lo que dos ministros del Ejecutivo de Draghi del partido de Berlusconi han anunciado su salida del partido.
¿Cuál ha sido la reacción de Europa?
El comisario europeo de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, consideró "irresponsable" la deserción de los partidos de la coalición, mientras Bruselas esperaba que Draghi permaneciera en su cargo.
La OTAN pierde con Draghi un "pilar", un aliado precioso en su apoyo a Ucrania frente a Rusia, y temen la llegada al poder de personalidades cercanas a Vladimir Putin como Matteo Salvini.
El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó este jueves de "gran hombre de Estado italiano" y "socio de confianza" a Draghi.
Los mercados observan cuidadosamente la situación. El costo de la deuda de Italia volvió a subir y la Bolsa de Valores de Milán cerró con una caída de 1.6 por ciento el miércoles, una señal de nerviosismo por la incertidumbre en la tercera economía de la zona euro.
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