Miles de personas salieron a las calles de la cuarta ciudad más grande de Rusia, Ekaterimburgo, en el tercer día consecutivo de protestas contra los planes para construir una nueva catedral en un parque local.
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Los opositores se congregaron en un parque a la orilla del río en Ekaterimburgo por la noche. Algunas personas protestaron montadas en bicicletas, mientras que otras acamparon en el pasto y algunas pasearon a sus perros.
Al caer la noche, los manifestantes encendieron las luces de sus teléfonos y linternas y empezaron a corear: “¡Defendemos al parque!”.
Las medidas de seguridad para la que ha sido en gran parte una protesta pacífica fueron reforzadas la víspera de la marcha, y cientos de policías antidisturbios fueron desplegados en el parque. Previamente, unos obreros comenzaron a montar una valla nueva y resistente para remplazar el alambrado que los manifestantes derribaron el día anterior.
Las personas en contra de la construcción de la catedral, que es promovida por las autoridades y financiada por los propietarios de dos empresas grandes del sector industrial local, dijeron que el proyecto en el centro de la ciudad eliminaría el espacio verde y recreacional necesario para los residentes de un lugar que cuenta con una población de 1.5 millones de personas.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, comentó a los reporteros el mismo miércoles que el Kremlin tiene plena confianza en el gobierno local para controlar las protestas, pero también criticó las marchas y las describió como manifestaciones no autorizadas que quebrantan la ley rusa.
Cientos de manifestantes permanecieron en el parque pasada la medianoche enfrentándose a varias filas de policías antidisturbios que rodeaban la valla ubicada en el sitio propuesto para la construcción.
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