Negociadores rusos y ucranianos retomarán a inicios de esta semana las negociaciones de paz cara a cara, en espera de que la situación de estancamiento en el combate obligue a Moscú a moderar sus exigencias.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, exaltó las nuevas negociaciones, que espera traigan paz "sin demora" y lamentó la invasión rusa que ha dejado miles de muertos y devastación en ciudades de su país.
Las nuevas conversaciones deberán comenzar lunes o martes en Turquía, y Zelenski está desesperado por frenar el bombardeo de ciudades como Mariúpol, donde las autoridades han dicho que la situación es "catastrófica".
Unos 170 mil civiles continúan atrapados en Mariúpol sin alimentación adecuada, agua o medicamentos, mientras continúa el devastador bombardeo ruso, según el ministerio ucraniano de Relaciones Exteriores.
Francia, Grecia y Turquía esperan lanzar una "operación humanitaria" para evacuar civiles los próximos días, según el presidente francés Emmanuel Macron, quien buscó el visto bueno de su colega ruso, Vladimir Putin.
Rondas previas de conversaciones de paz fracasaron en detener los combates o superar los desacuerdos sobre el alineamiento de Kiev con Occidente y la ocupación rusa del territorio ucraniano. Pero con el ejército ruso humillado por la feroz resistencia ucraniana, y obligado a abandonar los intentos de tomar Kiev, hay una nueva esperanza en el diálogo.
"Nuestra meta es obvia, la paz y la restauración de la vida normal en nuestro país natal lo antes posible", expresó Zelenski en un mensaje nocturno en el cual marcó los límites de las negociaciones. "La soberanía de Ucrania y su integridad territorial no están en duda. Garantías efectivas de seguridad para nuestro Estado son obligatorias", sostuvo.
Zelenski dijo previamente que está considerando "cuidadosamente" la exigencia rusa de "neutralidad" ucraniana.
"Este punto de la negociación es comprensible para mí y está siendo discutido, está siendo estudiado cuidadosamente", declaró Zelenski en una entrevista con medios independientes rusos.
Putin ha evitado ser preciso sobre las metas de la invasión, señalando solo que quiere "desmilitarizar" y "desnazificar", pero no ocupar a Ucrania. Analistas esperan que esa vaguedad le brinde espacio para aceptar un acuerdo, atribuirse una victoria y terminar la guerra.
La ONU calcula que al menos mil 100 civiles han muerto y que más de 10 millones han sido desplazados en la devastadora guerra que se ha extendido más de lo que Moscú esperaba.
¿Declaración inoportuna?
Está por verse si la declaración del presidente estadunidense, Joe Biden, de que Putin "no puede permanecer en el poder" afectará las conversaciones. El comentario generó furia en Moscú y preocupación en Washington y otros países. Consultado el domingo por periodistas si estaba pidiendo un cambio de régimen en Rusia, Biden respondió "no".
Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, aseguró a periodistas que ese "no es el objetivo de la OTAN ni del presidente estadunidense".
Macron advirtió que cualquier escalada "de palabras o acción" podría dañar su esfuerzo de diálogo con Putin para que acepte la evacuación de civiles del puerto devastado de Mariúpol. Ni la intensa diplomacia ni las crecientes sanciones han persuadido a Putin a detener la guerra.
Una división en Ucrania como en Corea
Muchos en Ucrania sospechan que Rusia podría usar las conversaciones como una oportunidad para reagrupar fuerzas y resolver graves problemas tácticos y logísticos en sus fuerzas militares.
El jefe de inteligencia ucraniana, Kyrylo Budanov, dijo que Putin podría intentar dividir el país como Corea, al "imponer una línea de separación entre las regiones ocupadas y no ocupadas" de Ucrania.
"Tras el fracaso en capturar Kiev y remover el gobierno ucraniano, Putin cambia sus principales direcciones operativas", escribió Budanov en Facebook. "Será un intento de crear Coreas del Sur y del Norte en Ucrania".
Rusia tiene control de facto sobre la región sureña de Crimea y las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk en la región oriental de Donbás. El jefe de la región separatista ucraniana de Lugansk ha indicado que podría celebrar un referendo sobre su anexión a Rusia.
La resistencia en la asediada Mariúpol es el principal obstáculo para que Moscú obtenga control terrestre continuo entre Donbás y Crimea. Los pobladores del puerto han narrado angustiantes escenas de destrucción y muerte.
Contraataques de las fuerzas rusas
Pero está claro que la esperanza rusa de arrasar Ucrania sin resistencia han desaparecido. Las fuerzas rusas han logrado pocos avances en capturar las ciudades clave, lo cual los llevó a recurrir al bombardeo aéreo de civiles.
Apoyados por armamento occidental, los combatientes ucranianos han resistido e incluso hecho retroceder a los rusos. En la localidad sureña de Mykolaiv, bajo fuerte asedio ruso desde hace semanas, el bombardeo pareció menguar.
Fue un alivio para los pobladores locales como Sofía, quien sufrió heridas de cabeza durante un bombardeo a inicios de marzo cerca de Mykolaiv.
"Ahora puedo mover un poco los brazos y piernas. todavía no me puedo levantar sin la ayuda de mi madre, pero espero poder salir pronto", contó a la AFP.
Las líneas de combate parecieron retroceder desde Mykolaiv, con una contraofensiva montada en Jersón, unos 80 kilómetros al sureste. Recientes bombardeos han matado a dos personas en una aldea cercana a Jersón, la única ciudad importante que el ejército ruso dice haber tomado.
Unas 500 personas participaron el domingo en manifestaciones antirrusas en Jersón. Kyrylo, un paramédico que habló con AFP por teléfono, dijo que los rusos dispersaron la manifestación pacífica con gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento.
El ministerio ucraniano de Defensa afirmó que sus fuerzas también recuperaron Trostianets, un poblado cercano a la frontera rusa. Divulgó imágenes de soldados ucranianos y civiles entre los edificios fuertemente dañados y lo que parecía ser equipo militar ruso abandonado.
RM