“Yo era más delgado y precisaba menos para sobrevivir”, recuerda uno de los últimos supervivientes del campo de concentración de Auschwitz, Ignacy Golik, en una entrevista en vísperas del 75 aniversario de la liberación del gran símbolo del horror nazi.
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El testimonio de Golik es uno de los más crudos de lo sucedido entre las alambradas de Auschwitz. Con 98 años cumplidos hace tres días, mantiene intacta la memoria de los acontecimientos que vivió durante casi cuatro años de cautiverio, los mismos que relató a la fiscalía como testigo clave durante los juicios contra los responsables del campo.
“Durante un tiempo trabajé en el hospital para los miembros de las SS y conocí a todos los oficiales y suboficiales alemanes, también a los médicos responsables de gasear a los prisioneros. Yo di sus nombres y ayudé a que les condenaran en el proceso”, afirma con orgullo.
Golik estuvo desde febrero de 1941 hasta noviembre de 1944, para ser después deportado a otros campos de Alemania hasta que los aliados le liberaron en 1945; tenía 17 años cuando fue arrestado por los alemanes acusado de robar armas, algo que asegura nunca hizo, y fue trasladado meses después a Auschwitz junto con su hermano.
“Bartek (su hermano) murió en junio de 1941 —recuerda—, él era más grande y más fuerte que yo, pero también necesitaba más comida y en Auschwitz eso era algo que escaseaba. Yo era más delgado y precisaba menos para sobrevivir”.
Sorprende escuchar a Golik, quien trabajó como periodista en la Polonia comunista y relata los hechos con soltura pero también con cierta dosis de distancia, consciente de que tiene la obligación de contar al mundo lo que vivió y presenció, como él mismo reconoce.
“Hablar algo de alemán me salvó la vida, porque eso era algo que se apreciaba en el campo y le hacía a uno más útil para trabajar —explica—, lo que me llevó a ser asistente de oficiales de las SS y de la Gestapo para los que limpiaba botas, planchaba los uniformes, lavaba. Me adapté a la situación y encontré la forma de sobrevivir desempeñando todo tipo de tareas en Auschwitz”.
“La vida en el campo era dura y pasábamos mucha hambre, había que trabajar y yo hice casi de todo, menos transportar muertos gaseados y ser ‘apilador’ de cadáveres, como se solía llamar en el campo a quienes trabajaban encargándose de eso”.
Auschwitz fue un campo de muerte pero también el escenario de un latrocinio generalizado, donde “los oficiales alemanes, de todos los rangos, incluso el mayor a cargo, robaban todo lo que podían de los presos, quienes llegaban a Auschwitz con algunas de sus pertenencias más preciadas”, subraya Golik.
“Recuerdo la historia de un doctor de las SS que dirigía el gabinete de dentistas de Auschwitz, donde se le retiraban los dientes de oro a los muertos en la cámara de gas, y al que detuvieron en la frontera germano-suiza con 15 kilos de oro. Era un escándalo, robaban todo lo que podían”.
“En Polonia vivían muchos judíos (se habla de hasta seis millones antes de 1939). Recuerdo que la Iglesia estaba en contra de los judíos, hay que reconocer eso. Se escuchaban sermones en contra de los judíos, donde se recordaba que fueron culpables de la muerte de Jesucristo”, asegura Golik.
“Sí, entonces (antes del comienzo de la la Segunda Guerra Mundial) se hablaba de que se podría trasladar a todos los judíos polacos a Madagascar, pero esa era una idea teórica, una idea peregrina. ¿Cómo habría podido trasladarse a tanta gente? Habría hecho falta una flotilla de barcos tan grandes como el Titanic”.
RECORDARÁN LÍDERES A VÍCTIMAS DEL NAZISMO
Más de 40 líderes mundiales participarán en un gran evento diplomático celebrado en Jerusalén en recuerdo del Holocausto, que este año está marcado por el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio del régimen nazi.
Una cena ofrecida por el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, en la que el rey Felipe VI de España fue el único representante extranjero en tomar la palabra en nombre de los líderes, dio comienzo anoche a los actos conmemorativos oficiales.
Felipe VI, que tiene el título honorífico de “rey de Jerusalén”, hizo un llamamiento a la comunidad internacional a combatir la “insensatez” de quienes promueven la intolerancia y el resentimiento “por interés político, extremismo religioso u odio racial”.
Los primeros mandatarios en llegar a Israel, como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, mantuvieron durante el día reuniones bilaterales con el primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu.
En la entrevista con el mandatario francés, se refirieron a la lucha contra el antisemitismo y abordaron asuntos regionales como la situación del Líbano y Libia, así como las sanciones a Irán.
La mayoría de líderes, entre ellos Felipe VI y el mandatario de Argentina, Alberto Fernández, llegaron este miércoles, mientras que este jueves llegarán el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, para participar en el acto más emblemático, que se celebrará en el Museo del Holocausto de Jerusalén.
El príncipe Carlos de Inglaterra y el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, son otros de los miembros de la realeza, jefes de Estado, primeros ministros y líderes parlamentarios que han hecho extremar las medidas de seguridad en la Ciudad Santa, donde están desplegados miles de efectivos policiales.
EN CIFRAS
200,000 supervivientes del Holocausto residen actualmente en Israel, según la agencia española de noticias EFE.