El presidente de Bolivia, Evo Morales, convocó este sábado a los partidos políticos opositores a un diálogo del que excluyó a los poderosos comités cívicos regionales que lo tienen en jaque, en un momento de gran tensión tras motines policiales y protestas en demanda de su renuncia.
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"Convoco al diálogo a los partidos que han obtenido asambleístas en las últimas elecciones nacionales, son cuatro partidos", dijo Morales en un mensaje desde la base aérea de El Alto, en el que pidió también a los policías que pongan fin a sus motines y retomen las labores para preservar la seguridad.
Morales propuso "una agenda abierta para pacificar Bolivia" de manera "urgente" e invitó a la ONU, a la Organización de los Estados Americanos (OEA) y a las iglesias a acompañar el diálogo.
El país es escenario de protestas multitudinarias, paros y episodios violentos, que han dejado tres muertos desde los comicios del 20 de octubre, en los que Morales obtuvo la reelección a un cuarto mandato de cinco años, y que la oposición ha denunciado como fraudulentos.
El mandatario boliviano se niega a dimitir y afirma que los comicios fueron transparentes, aunque aceptó una auditoría de los resultados electorales, que la OEA lleva a cabo actualmente.
En medio de las protestas, una turba ocupó las instalaciones de dos medios estatales, la televisión Bolivia TV y Radio Patria Nueva, y obligó a los trabajadores a abandonarlas.
Otros manifestantes tomaron la radio de un sindicato campesino, del cual el presidente Morales es afiliado, según denunció el propio mandatario en un tuit. "Al estilo de las dictaduras militares, los golpistas atacan sedes sindicales", escribió.
Minutos después de la convocatoria a instalar una mesa de diálogo, el centrista Carlos Mesa, rechazó la iniciativa. "No tengo nada que negociar con Evo Morales y su gobierno", señaló.
"Le toca hoy señor Evo Morales tomar una decisión, le toca escoger el camino que usted quiere para dejar el gobierno. No nos endilgue una responsabilidad que no nos toca, no nos endilgue una negociación que no es pertinente hoy", agregó.
Entre los demás invitados, el ex candidato presidencial del Partido Demócrata Cristiano, Chi Hyun Chung, tercero en el cómputo final, aceptó la oferta de diálogo del mandatario, mientras que el dirigente Rubén Costas, del partido Bolivia Dijo No, declinó sentarse a hablar con Morales.
El analista Iván Arias considera que la iniciativa del presidente es "un diálogo vacío, porque no están los sectores que están protestando".
En la misma línea, el líder cívico Waldo Albarracín, rector de la Universidad Mayor de San Andrés, cuyo personal y alumnos están movilizados contra Morales, advirtió: "La movilización (...) la está realizando la sociedad civil, no los partidos políticos".
El analista político y académico Carlos Cordero consideró altamente positiva la convocatoria, pero insuficiente.
"Para que sea efectiva el presidente debe considerar que en esta mesa de dialogo deberían estar todos los partidos políticos que participaron en las elecciones, porque hasta el más pequeño tiene 20 mil votos en la espalda", dijo Carlos Cordero.
Evo Morales pidió a los policías que retomen sus labores un día después de los motines que varios de ellos protagonizaron en distintas regiones del país.
"Convoco a los comandantes nacionales, departamentales, a ese policía que es comprometido con su pueblo, a cumplir con las normas, a cumplir con su honor", mencionó el mandatario.
La rebelión policial comenzó el viernes por la tarde con las fuerzas especiales (UTOP) en la ciudad central de Cochabamba, y se expandió inicialmente a los comandos de Sucre (sur, la capital de Bolivia) y Santa Cruz.
Durante la noche se extendió a las demás regiones, pero no afectó a La Paz y Pando, informaron medios locales.
La rebelión se desató mientras la oposición exigía en las calles la renuncia de Morales, quien volvió a afirmar este sábado que hay un "golpe de estado" en su contra.
El gobierno descartó enviar a tropas militares a someter a los policías rebeldes, mientras que la oposición saludó los motines y pidió a las fuerzas armadas que los siguieran.
El comandante en jefe de las fuerzas armadas, Williams Kaliman, dijo que los militares no reprimirán a los manifestantes.
Las calles de La Paz han estado ocupadas por opositores, quienes confraternizaron el viernes con los mismos policías que en noches anteriores los habían reprimido.
La violencia cobró este sábado las primeras bajas políticas con las renuncias del gobernador y el alcalde de Potosí, Juan Carlos Cejas y Williams Cervantes.
ledz/ VJCM